La media sanción a las modificaciones en la Ley de Alquileres no sólo encendieron las alarmas en los inquilinos de casas particulares. Los comerciantes de distintas zonas de la ciudad también mostraron su preocupación por el escenario de incertidumbre que se abrió y el inabarcable que se abriría de aprobarse la nueva normativa. “Si pasa el senado nacional, se desertificarán los centros comerciales y las galerías”, alertó Sergio Nazzi, del Paseo Comercial de calle Ayacucho. Por su parte, Miguel Rucco, de calle San Luis, dijo que los comerciantes están en una “situación muy complicada”. “A muchos de los que tienen que renovar alquiler le duplican el precio. A eso se le suma que tenemos que hacer frente a muchas obligaciones, más la devaluación”, consideró. 

“Nosotros ya teníamos comercios con renovación cada 2 años y aumentos por el índice estipulado. Nos preocupa la modificación y la posibilidad de imposición cada cuatro meses del valor del alquiler”, sostuvo Nazzi. El representante de los comercios de calle Ayacucho explicó que aquellos comerciantes inquilinos, que son mayoría, manifiestan su preocupación todos los días. 

“La relación del inquilino con la inmobiliaria y propietario ya es asimétrica, y a eso se le suma una economía casi en hiper. Estimamos que la ley no pasará de la Cámara de Senadores. Si es así, se desertificarán los centros comerciales y galerías  y será muy angustiante en el caso de familias que alquilan viviendas. Va a ser inhumano”, dijo.

Preocupación en los comerciantes por las modificaciones en la Ley de Alquileres

Miguel Rucco, de calle San Luis, manifestó su preocupación en la misma línea. Dijo que el miedo a la renovación está en todos los inquilinos, sea que alquilan comercios o sus casas. Rucco le sumó a ese panorama la situación económica y aseguró que “no se vende nada”. “Es de terror y estamos afrontando gastos cada vez más grandes con menos ventas”, informó. 

“La situación es angustiante para el comerciante que tiene ventas casi nulas. Los comercios que tienen una estructura grande y de muchos empleados vende lo mismo que un kiosco. Es imposible de sostener”, contó. Y describió: “Las ventas han caído profundamente, junto con el poder adquisitivo y el ánimo de consumo. A eso se le suman los gastos extras y fijos, y que muchos tienen que renovar un alquiler que se va a duplicar en costo. Nos ponen en una situación muy complicada”.