Los costos de producción en Santa Fe aumentaron 33,5 por ciento en el primer trimestre del año respecto del anterior, con los tarifazos de energía eléctrica y el incremento de insumos como principal componente. Eso vulneró el ecosistema de producción y trabajo, porque subió el número de empresas que redujeron horas extras, jornada laboral y las que entraron en proceso preventivo de crisis o se acogieron al programa Repro para pagar salarios. El sector metalúrgico fue el más golpeado y, en él, la industria automotriz. También la cadena del calzado. Sólo en el departamento Rosario hay 1196 empresas menos que en 2015. Desde entonces, en el Gran Rosario se perdieron 78.523 empleos registrados.

Es el preocupante panorama que traza una compilación de distintos datos de la economía por parte del equipo del diputado Leandro Busatto. Rosarioplus.com publicó antes una primera lectura del informe, y aquí desanda otros datos que ilustran la coyuntura del aparato productivo local. La quita de subsidios nacionales a la energía, los aumentos trasladados por la EPE, la devaluación del 37% solo entre mayo y junio, el encarecimiento de insumos atentaron contra la marcha productiva en general. Por lo tanto, la utilización de la capacidad industrial instalada en Santa Fe cayó del 67% en 2014 al 64.9% en junio pasado, según datos de Adimra (Asociación de Industriales de la República Argentina).

El informe indica que el 41% de los empresarios metalúrgicos redujo horas extras; 8% redujo jornada laboral, y otro 8% solicitó la asistencia estatal del programa Repro por procedimiento preventivo de crisis. Cayó la producción de equipos y aparatos eléctricos 7% desde el año pasado, y 6% bajó la producción de maquinaria agrícola.

La importación, aunque en un mercado interno cada vez más deprimido, también aportó lo suyo: en el primer trimestre de 2018 se importaron 47700 heladeras, 135% más que en el mismo período del año pasado. No es poco: el 90% de estos electrodomésticos se fabrican en Rosario.

La apertura de importaciones también golpeó a las fábricas de calzado. En Santa Fe, se cuenta el achique de marcas como Grimoldi, Wylers, La Huella, Pirri, Jandi y Primeros Pasos, en localidades cercanas a Rosario. Este año la importación de calzado aumentó 32% interanual.

El achicamiento de la economía provocó, previsiblemente, bajas y cambios en el mercado laboral. El relevamiento de Busatto apunta que desde diciembre de 2015 y hasta el 1º de agosto pasado, en Santa Fe hubo 3587 despidos en el sector privado, y 342 en el sector público. Los rubros más castigados en este sentido fueron metalurgia, alimentos, química, panadería, comercio, frigoríficos, lácteos, calzado, estaciones de servicio y naval.

Junto con ese ajuste, también se deterioró el empleo que se ha ido generando. Según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa), entre 2014 y 2015, “sólo 8 de cada cien empleos creados eran de monotributistas” y “el sector privado generaba el 28 por ciento del empleo”. Hoy, en cambio, “son monotributistas 53,2 de cada cien nuevos empleados, mientras que el sector privado genera apenas el 14,7 por ciento de los nuevos trabajos”.

Ránking negro

En este panorama hay casos de impacto extremo, como lo es Fray Luis Beltrán, en el cordón industrial norte del Gran Rosario. Esta ciudad de 15300 habitantes soportó el cierre de la química ArZinc en 2016, que dejó 400 trabajadores en la calle, 17 cesantías en la Cooperativa de Agua Potable, 35 en Fabricaciones Militares, y otras 11 en la Municipalidad local. Según el Observatorio Laboral del Ministerio de Trabajo provincial, en cada departamento santafesino hay menos empresas que hace dos años y medio. Las primeras de ese negro ránking: Rosario (-1196), La Capital (-321), General López (-192), Castellanos (-163), San Jerónimo (-144), San Martín (-143), Las Colonias (-131).