Cada cuatro años llega un nuevo Mundial de fútbol y el país estalla en varios sentidos. Uno de los efectos conocidos de la competencia deportiva más popular de todas es el aumento exponencial de ventas de televisores, smart TV, TV led y todo tipo de aparatos que permitan ver los partidos con la mejor definición posible. Hasta ahora, el 2011 es el año con el porcentaje de crecimiento más grande: en época del Mundial, las ventas de televisores aumentaron más del 60%. ¿No será mucho?

En contexto de auge de los Juegos Olímpicos y un entusiasmo que parece acrecentado entre el público argentino, cabe preguntarse si ante los 20 días de casi 14 horas diarias de transmisión deportiva ininterrumpida, no se generó una tendencia similar a la compra masiva de televisores. Según vendedores de algunas de las casas líderes de electrodomésticos, "este año el aumento de ventas fue con la Copa América". Otra vez, el fútbol y su cultura mató el espíritu olímpico.

Parece que los que se subieron a la ola de los Juegos, celebrando medallas nacionales, viendo partidos de deportes que jamás habían visto en sus vidas sólo por alentar a argentinos y ese tipo de fenómenos propios de la época olímpica, no tienen ninguna réplica en la venta. "A la gente no le importan mucho los Juegos, siempre lo que genera esos aumentos de venta son los Mundiales", opinó otro vendedor. Es que, a pesar de haber promociones constantes (en cuya gráfica incluso hay imágenes de Sebastián Crismanich, el taekwondista argentino que fue dorado en Londres), la gente no encuentra motivación para hacer la inversión de comprar un tele.

Aparentemente, el afán por ver cada palmo de las canchas de fútbol del Mundial, cada detalle de la pelota oficial, supera lo que podría generar un primer plano en HD de esas competencias vistosas como las carreras en pista o el salto con garrocha. Las casas de electrodomésticos, entonces, tendrán que esperar al próximo evento futbolístico internacional (que involucre a la Selección argentina) para vender teles como si fueran gratis.