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El fiscal penal Florentino Malaponte confirmó este mediodía lo que a todas luces quedó sobre el pavimento de la colectora de Circunvalación y Mendoza, junto a un complejo de fútbol 5: que la principal hipótesis del asesinato de Gustavo Pérez Castelli, junto a su carrito de hamburguesas es la de un crimen mafioso. Pero no quiso ratificar que el motivo tenga relación con la distribución de drogas en la zona.

"Cuando se efectúan cuatro disparos de arma de fuego a la cabeza, sin que la víctima tenga posibilidad de escape, la herida en la oreja, todo eso no es común. Se trata del primer caso de este tipo en este nuevo sistema penal. Podemos ver que hay un mensaje detrás de esos detalles", evaluó el fiscal de Homicidios. 

La autopsia realizada en el Instituto Médico Legal determinó que Pérez Castelli –padre de la joven asesinada en diciembre de 2013 junto al empresario Luis Medina– recibió en la medianoche del jueves cuatro balazos desde atrás y a la cabeza, y además, una vez ultimado, sus homicidas le hicieron un corte en una oreja. Todo un indicio mafioso para los investigadores de la Fiscalía Regional. 

De todas formas, Malaponte relativizó que el móvil puede haber tenido relación con drogas. Los agentes no encontraron estupefacientes ni en el carribar ni en el auto de la víctima que estaba estacionado allí. “Ésto no permite aseverar que en ese puesto se vendía drogas, aunque eso sería competencia federal”, dijo. Pero admitió que un hijo del hombre asesinado fue detenido en el marco de una causa federal de narcotráfico.

Bajo este primer marco, la Fiscalía descartó el robo como móvil, por la evidencia del corte de la oreja y porque no se evidenciaba la falta de ninguna pertenencia de la víctima.

Coonsultado por las evidencias que pudieran surgir de cámaras de la estación de servicios de la esquina noroeste (en la colectora y Mendoza), el fiscal aclaró que “las imágenes ya las pudimos ver, y son de interiores, por lo que hasta ahora no indican nada sobre el hecho. Sí se observa que Pérez Castelli en la noche del jueves se compró un café y salió, cosa que según los testigos “hacía habitualmente”. El café se encontraba sobre la mesa del carrito según se pudo constatar.

Acerca de los testimonios recabados, Malaponte aclaró que “no son precisos sobre la vestimenta y la cantidad de hombres que lo atacaron; sí que se dieron a la fuga en la calle paralela a la colectora. Pero aún es confuso si lo hicieron a pie o en moto. Es un rompecabezas que iremos armando”, cerró el fiscal.