Rusia no perdió tiempo y lanzó un ataque masivo contra las posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, reconociera que el siniestro del Airbus en el que regresaban turistas rusos de Egipto se debió a un atentado terrorista y no a un accidente aéreo. 

"Hemos asestado un ataque aéreo masivo contra objetivos del EI en el territorio de Siria. El número de misiones aéreas se ha duplicado", dijo Serguéi Shoigu, ministro de Defensa, a la prensa local.

Rusia desde hace meses bombardea objetivos en Siria. A principios de octubre, aviones rusos atacaron en 15 vuelos de combate diurnos en los que se destruyeron tanques, sistemas de defensa antiaérea, arsenales y centros de comunicaciones y de mando del grupo yihadista, informó el ministerio de Defensa de Rusia.

"Bombarderos Su-34 destruyeron un centro de mando del EI" en la provincia de Alepo, mientras que dos aviones de asalto Su-25 y un bombardero Su-24M "atacaron dos puntos de concentración de armamento y vehículos militares" de los yihadistas en el este de la provincia de Homs.