Comúnmente creemos que podemos hacer uso indiscriminado de espacios públicos ya que no pertenecen a nadie y, si bien es cierto en parte, somos los ciudadanos quienes los sostenemos con nuestros impuestos.

Está más que claro que los bienes públicos pueden ser disfrutados, sin excepción, por todos independientemente de quién pague por ellos; a diferencia de lo que ocurre con los otros bienes, los llamados bienes privados, que pertenecen a quien los ha comprado.

Los  parques, las playas, los caminos, los puentes, los monumentos son explícitos ejemplos de bienes públicos sostenidos por el Estado, que se proveen generalmente a través de la acción de organismos públicos. Esto significa gobiernos nacionales, provinciales o municipales y asociaciones de diverso tipo.  

Esos lugares son tenidos en cuenta como un derecho colectivo en cuanto se garantiza su prestación como un medio que permite el desarrollo de los sujetos y de las comunidades.

En algunas ciudades, estos bienes son resguardados por la fuerza policial o a través de cerramientos enrejados con la idea de resguardarlos de actos vandálicos, pero sin embargo, excluyen de su disfrute a quienes pasean por el lugar.

La mejor manera de protegerlos es a través de la educación. La tolerancia, el respeto, la solidaridad y la responsabilidad, son valores que deben enseñarse no sólo en la escuela, sino también en la familia. La convivencia ciudadana, el cuidado de sí y el cuidado del otro, deberían ser los ejes de la escuela a fin de contribuir a “romper” con un engranaje de violencia naturalizada por todos.

En la provincia de Santa Fe se ha implementado un programa interministerial llamado EDUCIT (por las siglas de Educación Cívica Tributaria), a cargo de la Secretaría de Ingresos públicos, con el apoyo y colaboración de otros ministerios, con el fin de promover una ciudadanía participativa, solidaria y responsable de sus derechos y obligaciones.

A modo de ejemplo, se está implementando un juego en algunas escuelas secundarias de la provincia, a cargo del Gabinete Joven, que sigue el estilo del famoso juego Preguntados, donde los estudiantes participan en grupos a fin de tomar conciencia de su rol como ciudadanos y de la importancia del cuidado de los bienes públicos, en el marco de la convivencia democrática.

Por otra parte se está realizando una obra de teatro para primer ciclo de primaria de algunas escuelas, donde un superhéroe se enfrenta al malvado que destruye lo que es de todos. La idea fundamental es tomar conciencia y proponer acciones a fin de mejorar la convivencia.

Como el uso de los servicios y bienes públicos que debe proporcionar el Estado no puede restringirse sólo a aquellas personas que pueden pagar por ellos, es por eso que debemos resguardarlos. Y si bien el Estado tiene una serie de recursos o ingresos públicos para afrontar gastos de reparación, por ejemplo, el dinero que usa resulta de la recaudación impositiva, y no por ello se pueden destruir. Por tanto, es necesario tomar conciencia del cuidado de los espacios de todos y el cumplimiento del pago de los impuestos a fin de mantenerlos en las mejores condiciones.

Los adultos somos quienes podemos ayudar a favorecer una convivencia más democrática a sabiendas que el Estado somos todos, no un gobierno específico, y que cada uno de los ciudadanos aportamos con nuestros impuestos para disfrutar de los bienes públicos; pero sobre todo, somos quienes tenemos que fomentar valores que promuevan nuevas formas de estar en la sociedad, en pos del bien común, un concepto – a veces- un tanto olvidado.