Una danza planetaria surcará los cielos desde el jueves, cuando los dos planetas más brillantes, Venus y Júpiter, se aproximen hasta quedar a una distancia de menos de un grado. Esto tiene que ver con la convergencia de su trayectoria, que ya la semana pasada les hizo quedar a 10 grados de separación, lo que significa que cualquier observador de a pie podría ocultar ambos astros detrás de la palma de la mano.

Según la información de la Nasa, las noches del 19 y 20 de junio serán especialmente indicadas para mirar a través de un telescopio. Además esta distancia se acortará progresivamente y el 18 de junio, los planetas estarán a sólo 6 grados de separación.

Por si fuera poco, la Luna también se sumará a este espectáculo luminoso en su fase creciente. Así, tanto el 19 como el 20 de junio los tres astros formarán un triángulo isósceles al atardecer, e incluso con un telescopio pequeño se podrá visualizar la gruesa fase creciente de Venus, la capa de nubes y grandes lunas de Júpiter y el terreno accidentado de la propia Luna de la Tierra.

El momento álgido llegará el 30 de junio. En esa noche, Venus y Júpiter se situarán a una distancia de tan solo un tercio de grado y ambos astros podrán ocultarse detrás de un dedo meñique.