La ley nacional para terminar con las carreras de perros está más cerca. El miércoles pasado el Senado le dio media sanción al proyecto y todas las agrupaciones que luchan por los derechos de los animales celebraron la medida. Desde la ONG “Adoptá un Galgo en Argentina”, señalaron que se dio “un paso gigante” y se esperanzaron en que, por fin, se termine con el sometimiento para los animales que son utilizados en las competencias.

Alejandra Peralta, presidenta de la organización que trabaja en la recuperación de perros abandonados por galgueros, le dijo a Rosarioplus.com: “Esperamos que esta vez se llegue hasta el final, realmente se apruebe la ley y se haga cumplir, que es lo más importante”.

Si el proyecto finalmente es aprobado en Diputados, será fundamental un estricto control para que los galgueros no rompan las reglas. Santa Fe  tiene su propia ley provincial, sancionada hace pocos meses, pero para Peralta el trabajo no debe terminar allí. “El problema es que las carreras se hacen en cualquier lado. Los que tienen a los perros se conoce. Por grupos de redes sociales se pasan fechas y arman carreras en campos privados para que no se entere nadie. Hay que controlar un poco más”, señaló.

“Los perros viven sometidos”

Los animales que se utilizan en las carreras son sobreexigidos y cuando ya no sirven a sus criadores, descartados. “A las madres las ponen a parir continuamente. De una camada de diez cachorros nacidos, con suerte puede llegar a correr uno. Los demás son desechados y eso es una tragedia”, contó Peralta.

“Las pruebas para los cachorros empiezan a los 5 meses. Son sometidos a entrenamientos intensivos, con cintas adaptadas o los atan a vehículos para que corran. También les dan drogas que contienen estimulantes y arsénicos, como los que se usan generalmente en caballos de carrera”, subrayó la responsable de “Adoptá un Galgo”.

Muchos terminan en el basural

La titular de la ONG señaló que “con suerte” la vida útil de un perro de carrera es de cinco años. “Los galgos terminan con secuelas tremendas en sus órganos, si es que no se quiebran antes. Los basurales de ciudades como Pergamino, Rosario, Santa Fe o Rafaela están llenas de estos perros, porque directamente los tiran ahí”, reveló Peralta.