La jura en el Congreso de Mauricio Macri era el momento más esperado de la asunción presidencial. En su discurso frente a la Asamblea Legislativa, presidentes de otros países, y funcionarios, no dejó de lado la tensión de la transición y recordó sin mencionarla directamente a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Habló de “sacar al enfrentamiento del medio de la escena", “respetar la ley”, y hasta de no “avasallar las instituciones con proyectos personalistas”.

 

 

Con varias frases buscó hacer referencia al gobierno kirchnerista y buscó de esa manera diferenciarse, como al referirse a la Justicia. “Quiero aprovechar para expresar mi total apoyo a la Justicia independiente. En estos años fue un valor de la democracia e impidió que cayera en un autoritarismo irreversible. En nuestro gobierno habrá jueces militantes de ningún partido”. 

En su parte más dura expresó: “Podemos pensar de distintas maneras, pero la ley debe ser respetada. Una cosa es tener distintas visiones, ideas y propuestas. Otra es avasallar las instituciones con proyectos personalistas o hacer uso del poder en beneficio propio (...). El autoritarismo no es una idea distinta, es el intento de limitar la libertad de las ideas y las personas”.

Luego sostuvo: "Para mí la política no es una competencia entre dirigentes para ver quién tiene el ego más grande, es el trabajo entre dirigentes modernos que trabajan en equipo para servir a los demás".

Incluso se dio lugar para reprocharle la manipulación de las cifras oficiales: "La política no es escenario en que algunos líderes mienten para engañar a la gente con datos falsos. Que nuestro lugar de encuentro sea la verdad".

Consideró la presidencia como "un desafío excitante" y aseguró que había "muchos argentinos cansados de prepotencia y enfrentamiento inútil". 

Planteó que en los últimos comicios la gente "eligió en libertad" y muchos no lo votaron. Pero remarcó: "Ya pasaron las elecciones, llegó el momento de unirse para crecer y mejorar para que el país avance". 

"Tenemos que sacar al enfrentamiento del medio de la escena", pidió. “En la pelea irracional no gana nadie, en el acuerdo ganamos todos. No hace falta que dejemos de lado nuestras ideas. Aspiramos a un nacionalismo más sano, que no se logra partiendo del rencor, la enemistad, la lucha permanente o la demonización del otro”, remarcó.