En julio de 2015, el por entonces ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, inauguró con bombos y platillos la Estación Apeadero Sur, cuyas flamantes instalaciones albergarían a los pasajeros del nuevo servicio diario del tren Rosario – Retiro. Más de un año y medio después, con cambio de signo político en la administración nacional incluido, la realidad de aquel espacio parece ser de una condena al olvido. Es que según la concejala Lorena Giménez, del Bloque Partido Progreso Social, hay un avanzado estado de deterioro en el edificio.

La edila realizó una visita  a la estación ferroviaria tras recibir el reclamo de los vecinos de la zona, quienes advertían por un estado de abandono del nóbel edificio. Allí, Giménez detectó un “estado de deterioro” del espacio, “sin que ninguno de los niveles del Estado interceda  en su control y funcionamiento”. La legisladora mencionó irregularidades tales como baños clausurados  con un alto nivel de falta de higiene, escaleras mecánicas sin funcionar, un ascensor para personas con movilidad reducida que tampoco opera y una planta alta con un bar que permanece sin concesionar. 

Para Giménez, la estación evidencia que ninguna de las gestiones actuales intercedió para mantener el lugar en condiciones y asegurar que los usuarios puedan utilizar las instalaciones sin riesgos ni disgustos. “Un claro ejemplo de ello es la falta de accesibilidad para personas con movilidad reducida, quienes no tienen posibilidad de llegar a la planta alta en donde se encuentra el único baño habilitado para que los mismos puedan utilizar, debido a la falta de funcionamiento del ascensor y de las escaleras mecánicas”, indicó.

Asimismo, la edila del PPS remarcó como una de las irregularidades más notorias “la falta de higiene y de mantenimiento de los baños públicos”. “Los que están en planta baja se hallan clausurados, sin luz (siendo que los sanitarios se utilizan en horario nocturno cuando los trenes están transitando),  sin bomba de agua y en un estado de falta higiene deplorable”, apuntó. 

Asimismo, Giménez propuso que en el espacio que permanece sin concesionarse para el funcionamiento de un bar, la Municipalidad realice las gestiones “para poder emplazar allí algún proyecto que sea beneficioso para los vecinos de la zona, tal como un centro cultural o una iniciativa similar que apunte a la promoción de la cultura, la educación o la salud de los ciudadanos que viven cerca de la estación”.