Pasó de los mates en el popular barrio Tablada al shikamba de la majestuosa Riad. Daniel Teglia (58 años) dio un giro inesperado en su ya extensa carrera como entrenador. En pocos días se desprendió de su puesto en las divisiones inferiores de Central Córdoba, en la zona sur de Rosario, para hacerse cargo de la selección sub 23 de Arabia Saudita. Su vida cambió radicalmente. El campeón con Rosario Central en 1980 vive lejos de su familia y acompañado solamente por un traductor que lo sigue a todas partes en el país que, a fuerza de petrodólares, intenta hacerse un lugar en el mundo del fútbol. Su lucha por "sembrar" en una tierra donde el futbolista nace con buena técnica, los problemas con el idioma y el recuerdo de los amigos que dejó en el Charrúa en una charla mano a mano con Rosarioplus.com a pesar de la distancia.

Feliz y relajado tras haber conseguido imponerse en un cuadrangular en el que además participaron México, China y Corea del Norte, Teglia se tomó unos minutos para unir (telefónicamente) los 13 mil kilómetros que separan a Rosario de la capital saudí, una ciudad habitada por más de cinco millones de personas y que alberga al 20% de la población del país. "Mucho no conocía a los jugadores, pero ya había tenido contacto antes. Finalmente todo se dio. Soy jefe entrenador de la sub 23, supervisor de la sub 20 y trabajo en un proyecto de captación para poder insertar jugadores dentro de Arabia", explicó el ex puntero de Rosario Central.

Los logros en las inferiores del Canalla o los ascensos con Tiro Federal, Racing de Córdoba y Guaraní Antonio Franco de Misiones son algunos de los hitos en la carrera de Teglia, quien seguramente hasta hace pocos meses ni se imaginaba dando la vuelta al frente de un grupo de árabes de menos de 23 años, "jóvenes ricos técnicamente pero con características particulares", según definió. 

Por ahora Teglia está solo con su alma, aunque se entusiasma con la posibilidad de poder incorporar a algunos colaboradores argentinos. A todos lados lo sigue un traductor de nacionalidad egipcia. Sin él, admitió, sería imposible. "Es muy difícil del árabe, hablo algo de inglés, entiendo portugués, hablo italiano. Con esos tres idiomas me manejo. Pero el árabe es un idioma muy rico, me gustaría aprenderlo alguna vez", confesó el DT, ilusionado tal vez con extender su estadía en tierras asiáticas.

De momento, sabe que depende del día a día. Y de los resultados, claro. Eso es igual acá, en la China y en Arabia. La sorpresiva salida de Edgardo Bauza de la selección mayor no dejó de ser una preocupación para Teglia, quien, sin embargo, se encargó de dejar bien en claro que no trabajaron a la par. "Ellos estaban en otro lado, cada uno se abrió su camino. Acá son muy exigentes. Te dan los medios pero tenés que responder ", remarcó para explicar que las comodidades y el buen salario se terminan de un momento a otro si no hay éxitos dentro de la cancha.

Para evidenciar el crecimiento del fútbol árabe, Teglia mencionó a algunos entrenadores de nivel internacional que se instalaron allí. El multicampeón Ramón Díaz y otro ex Central Córdoba como Gustavo Quinteros (hasta hace poco DT de Ecuador) dirigen a dos de los principales equipos. "Acá no hay inconvenientes para planificar sistemas, los jugadores son profesionales. Y hay entrenadores de primer nivel incluso en inferiores. Es todo muy serio, organizado", describió el experimentado formador de jugadores, sorprendido por lo que le toca vivir, aliviado por poder charlar en español más allá de los kilómetros.

Para Teglia, "este fútbol tarde o temprano" va a explotar. "Todo el fútbol saudí en general tiene jugadores muy técnicos, hay que verlos. Están contentos porque van a Rusia y hacía un par de mundiales que no participaban. Yo quiero aportar el granito de arena", se embaló.

El entusiasmo por conocer tierra desconocida y sembrar la semilla del fútbol argentino lo moviliza, pero la pampa también tira. "No me olvido de Central Córdoba, donde tengo mis amigos. Ahí están haciendo un esfuerzo muy grande que a veces no se ve. Tampoco me olvido de Central. Son el club del barrio y el club donde estuve muchos años", concluyó Teglia antes de cortar la comunicación y seguir viviendo su sueño de mil y una noches en un fútbol necesitado de formadores para poder continuar su proceso de profesionalización.