Trabajar en la CIA no es para cualquiera. La Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos requiere estrictos entrenamientos y altos estándares para la selección de su personal. Incluso hasta de los perros que trabajan en detectar explosivos. Pero parece que no todos tienen tanto interés en obtener el empleo. Y si no que le pregunten a Lulú, una labradora negra a la que dieron de baja del programa k9 porque, lisa y llanamente, no tenía ganas de trabajar.

Según cuentan desde la propia CIA, Lulú se mostró apática durante los entrenamientos, a pesar de que trataron de motivarla con comida y juegos. Tanto se negaba a buscar explosivos con su olfato que la agencia de Inteligencia se vio obligada a despedirla.

Pero tan mal no le resultó a Lulú, porque fue adoptada por uno de sus instructores. Claramente, aquí no hubo rencores. Ahora, la perrita vive en su familia como un perro normal, según contó la CIA a través de un comunicado.