El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su primera visita a Argentina se moviliza en “La Bestia”, el auto oficial para el primer mandatario estadounidense que más que un choche de traslado es un tanque de guerra. Arriba del auto más seguro del mundo, Obama recorrerá Buenos Aires y Bariloche.

Ahora, ¿Por qué le dicen La Bestia? A continuación las características de este superauto:

Modelo: Su carrocería se basa en un Cadillac One construido por General Motors en Detroit, pero es altamente adaptado a las necesidades del presidente. Posee un motor diesel de 6.5 litros, alcanza velocidades de 100 km/h con una respuesta de 0-90 en 15 segundos. Un Batimóvil en su versión presidencial.

Chofer: Un Matt Damon en “La Supremacía Bourne”. Está entrenado especialmente por el Servicio Secreto, incluyendo evasión de persecuciones, maniobras de 180 grados y caídas de paracaídas. Maneja armas, cuchillos, artes marciales y no charla nunca con el presidente.

Para su seguridad, el chofer se transporta dentro de una cabina adaptada de un avión C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea reforzada con una puerta del grosor de un jet Boeing 757 que impide el paso al asiento donde se encuentra el presidente. No se le permite reclinar el asiento y hacerse una siestita mientras espera.

Impenetrable: La estructura es blindada capaz de resistir el impacto de bombas, granadas y disparos de francotiradores con puertas de 20 centímetros de grosor y aleaciones de acero, aluminio, titanio y cerámica. A su vez, el chasis está reforzado con láminas de acero de 15 centímetros de grosor. Ni un Falcon ’73 de frente abolla a La Bestia.

En su totalidad, el vehículo está herméticamente sellado para impedir la entrada de armas químicas. Hasta el tanque de combustible está diseñado para que no explote gracias a una espuma antillamas y una cubierta que impide en caso de que le disparen de forma directa.

Armado hasta los dientes: Tiene cámaras de visión nocturna y un sistema de activación de bombas y armas automáticas para atacar en caso que sea necesario. (Procurá no tocarlo un poquito de atrás). 

Emergencias: Ante cualquier problema de salud, el coche está preparado ya que con muestras de sangre compatibles con el presidente en caso de que se requiera una transfusión y tiene también tanques de oxígeno. Le faltaría un enfermero para hacerla completa.

Cubiertas: Son "run flat" y están reforzados con kevlar, lo que significa que si se golpean, las llantas de acero balístico soportan el peso de 10 toneladas del coche para escapar a 100 kilómetros por hora. El desafío: que se banque un bache rosarino.

Conectividad: El chofer tiene a disposición un centro de comunicaciones con GPS, fax, red inalámbrica, una computadora portátil, y teléfono satelital conectado con el Pentágono, la CIA y la oficina del vicepresidente. El presidente Obama cuenta con una laptop con wi-Fi, teléfono satelital y hasta un botón de pánico.

Sillón y comodidad: Se dice que el asiento trasero se adapta a la anatomía de quién se siente ahí. O sea, que cuando Obama se sentó por primera vez, todavía tenía los “huequitos” de George Bush.

Le hacen el aguante: La caravana presidencial se compone de hasta 45 limusinas modificadas Cadillac One. Justo detrás de “La Bestia” cuentan con unidades especializadas con equipo de respuesta para contrarrestar los ataques nucleares, biológicos y químicos. El número de escoltas depende del nivel de riesgo del destino.

Fallas: le falta un inodoro una kitchenette para viajes largo.