Las nuevas herramientas que ofrece la tecnología en lo relativo a la comunicación son amplias y de las más variadas. Ahora, un periodista puede realizar un reportaje a cualquiera de las grandes personalidades del mundo sentado en living de su casa, algo impensado hasta hace algunos años. Tal es el caso de la entrevista online que brindó Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa, a un reducido grupo interesados del cual formó parte Rosarioplus.com.

A pocos días de que Rafael Nadal se adjudicó su tercer US Open y su tío Toni se despidió dando por terminada su carrera como entrenador principal para ocuparse por completo de la Academia de su sobrino en Mallorca, se dispuso a contestar preguntas ante un reducido auditorio virtual.

Apenas comenzada la comunicación online, la primera respuesta fue para este medio: “No me he alejado definitivamente de Rafa, solo he decidido dejar de viajar constantemente con él, voy a seguir vinculado al proyecto de su Academia aquí en Manacor. Las sensaciones sobre esta determinación recién se las voy a poder contar el año que viene, porque de momento todavía sigo haciendo lo mismo que hace 25 años”.

Estricto y con una particular manera de hacer las cosas, entre sus expresiones dejó constancia de que sus métodos son aplicables a la vida cotidiana. “Soy un entrenador normal, no tengo razones para no ser humilde. Tampoco creo que las tenga mi sobrino por el solo hecho de que en la vida ha sabido jugar bien al tenis, no considero que eso sea tan importante como para dejar de ser humilde”, expresó y agregó: “El buen entrenador no es aquel que sabe mucho, sino el que transmite bien sus ideas y motiva a su jugador para que rinda al máximo”.

En relación a su incursión en el tenis, Toni explicó: “Quise ser jugador  de tenis y no he sido lo suficientemente bueno, por lo que decidí empezar a dar clases  en un club en Mallorca y mi método fue siempre el mismo, dar ideas simples. Mi exigencia mayor ha sido en lo relativo a la concentración. Yo le he requerido a mi sobrino la misma atención en los entrenamientos que en los partidos”.

Aunque el tío de Rafa descree que lo principal sea el aspecto metal: “La parte metal es importante después que tienes un buen golpe.  Esto es como en Fórmula 1, puedes tener un buen piloto, pero si el coche es de segundo nivel, será muy buen conductor, pero no va a ganar ninguna carrera. Así cuando el coche o el golpe no es lo suficientemente bueno a la larga afecta la cabeza porque se pierde convicción en lo que se hace. Después de que tienes un buen golpe tiene que tener buena cabeza para ordenar las jugadas, saber adónde tienes que tirar la bola, soportar la presión. Pero si tienes un golpe deficiente de poco te sirve en tener una buena cabeza”.

Para concretar su teoría que lo metal pasa a segundo plano, puso un claro ejemplo de Rafael ante el argentino Leo Mayer en el US Open: “Es verdad que hablamos de que Federer, así como los grandes campeones ganan puntos en los momentos claves. Pero no es cierto, en el último Abierto de los Estados Unidos en el partido de mi sobrino ante Mayer, Rafa tuvo en el primer set seis bolas de break y no consiguió ninguno. En total necesito 14 bolas para hacerle un quiebre a un 50 del mundo. No debe ser su cabeza tan buena”.

Toni tampoco permite las justificaciones porque “nunca una excusa le hizo ganar un partido a un jugador. Cuando Rafael intenta buscar una justificación le digo que si en la vida vamos a buscar escusas las va a encontrar siempre. En la vida, así como en el tenis hay que asumir los errores e intentar arreglarlos. He procurado en eso ser bastante inflexible. La responsabilidad de la victoria como de la derrota siempre es de mi sobrino y tiene que asumirla”.

Para cerrar la entrevista y de una manera muy divertida con todo lo que “no se debe hacer a la hora de la competencia”, Tony le dio unos consejos a uno de los participantes que se tenía que ir a jugar un partido: “Mira, búscate un rival que sea inferior que tú, porque es la mejor manera de ganar. En caso de que pierdas le dices que no era tu día y que te encontrabas mal. Siempre hay que poner una excusa y no aceptar nunca las derrotas”.