La novena edición del Lollapalooza Argentina, que ofrece tres días de música, en el Hipódromo de San Isidro está cerca, pero los recientes temporales han dejado su huella en el predio y ponen en alerta a los organizadores frente a las exigencia de los dueños de boletos. La lluvia no afloja y el barro es total,  lo que recuerda al histórico festival Woodstock.  

Los días martes y miércoles previos al evento, el cual arrancaría el viernes 15 de marzo, dejaron su marca en el terreno por las intensas lluvias. En el Hipódromo de San Isidro se llevó adelante este miércoles una nueva carrera de caballos con barro pesado mientras los organizadores del show trabajaban en las inmediaciones de la pista buscando poner a punto los escenarios alternativos.

Con la mirada puesta en el cielo, el pronóstico meteorológico para el fin de semana del festival se convierte en una pieza clave de la planificación. Según las últimas actualizaciones para el viernes 15 de marzo, jornada inicial del evento, se anticipa posibilidad de lluvia, con precipitaciones
estimadas en 0,5 milímetros y temperaturas que oscilarán entre los 24 y 19 grados.

El sábado 16 de marzo, la situación parece similar, manteniendo la mínima probabilidad de lluvia y temperaturas que podrían alcanzar los 28 grados durante el día. Esta perspectiva meteorológica plantea un escenario mixto para los días del festival. 

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