“El problema no es jugar al fútbol, eso lo solucionamos acondicionando los estadios. El problema es caminar por la calle”. Desde Qatar aseguran estar preparados para jugar el Mundial del 2022 en la época que la FIFA disponga, pero declaran que quienes no lo soportarán serán los visitantes.

Este martes, la FIFA Task Force (una suerte de mesa de notables que salvaguarda el deporte analizando las decisiones del comité ejecutivo de la FIFA) dio por finalizado un proceso de investigación y consulta sobre cuándo realizar el Mundial de Fútbol que la FIFA le otorgó hace dos años. La idea de trasladar el campeonato a la estación de invierno boreal es unánime. Desde las confederaciones acompañan esta idea. Aunque Inglaterra, con el apoyo de una parte importante de Europa, enfrenta esta decisión.

La fecha estipulada para realizar la gran cita del fútbol se estima para los meses de noviembre y diciembre de 2022. Primero se pensó en adelantarlo a los meses de Febrero y Marzo, pero aquello suponía dos problemas: la mayoría de las ligas (sobre todo las europeas, que son las que más se siguen en todo el mundo) están en etapa de definición y, además, se superpondría con los Juegos Olímpicos de Invierno, lo que rompería con el tácito acuerdo entre FIFA y COI de no competir.

Inglaterra, que perdió la posibilidad de alojar el Mundial de 2018, es uno de los principales opositores a que esto suceda. En primer lugar denuncian el gasto de cuatro millones de Euros en sobornos por parte del país asiático, y por otro aducen que cuando la votación para la elección de la sede se realizó estaba estipulado que el Mundial se realice en los meses de junio y julio. Si alguno de los argumentos toma forma y fuerza la sede se tendría que votar de nuevo.

La posición de Inglaterra no está falta de interés. Hace años que persigue la posibilidad de ser sede de un Mundial y es, junto a gran parte de las federaciones europeas, el principal enemigo del presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Un veranito en Qatar puede llegar a la friolera de 60 grados de sensación térmica. Ya nadie discute si es viable o no practicar ahí deportes de elite. El drama es político administrativo. El próximo 19 y 20 de marzo el Comité Ejecutivo de FIFA se reunirá a debatir la decisión del Task Force y luego Blatter decidirá a su gusto.