El alemán Boris Becker es uno de los tenistas más éxitos de la historia, con solo 17 años asombró al mundo cuando levantó el trofeo de Wimbledon.  Tras haber ganado el certamen inglés, tan joven y con tanto estilo, se convirtió en una celebridad que de inmediato comenzó a zigzaguear en el camino del éxito, ahora la vida le presenta una nueva oportunidad como entrenador del danés Holger Rune, seis del mundo.

Con el correr de los años Becker obtuvo un total de 49 títulos en singles, entre ellos seis Grand Slam, además de dos Copa Davis y de la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.  Pero las luces de la fama lo encandilaron y todo lo que fue consiguiendo en la cancha iba quedando ensombrecido por su turbulenta vida privada y sus vaivenes financieros, que finalmente lo dejaron tras las rejas.

El alemán fue adicto a las drogas, al sexo y al alcohol, además vivió un calvario por su dependencia con los somníferos, a los que mezclaba con whisky y cerveza para poder dormir. De la misma manera que iba perdiendo sus partidos, se iba alejando de su familia. Un día,  Becker, llegó de una fiesta y al no poder reponerse ni con duchas frías, ni aspirinas, ni con agua mineral, le pido a su esposa que lo matara.

Los repartos de dinero por sus romances, divorcios y escándalos  eran cada vez mayores, y su situación económica entro en agujero difícil de salir. A esta compleja situación, en 2001 Becker se vio obligado a reconocer como su hija a Anna, fruto de su relación con la modelo rusa Anzhela Ermakova, el acuerdo finalizó  con un pago de unos millones de dólares.

Tantos desfasajes financiaron los llevaron a tocar fondo en 2022 cuando un Tribunal de Londres lo condenó a dos años y medio de cárcel por ocultar su patrimonio y declararse insolvente para no pagar sus deudas con el fisco. La justicia lo condenó a dos años y medio de presión, pero finalmente tras ocho meses de estar privado de su libertad, lo dejaron salir por buena conducta.

Ahora la vida le volvió a dar otra oportunidad,  alejado de la prisión el alemán asumirá un nuevo desafío, será entrenador del danés,  Holger Rune, número seis del mundo.  Si bien Becker estuvo tres años como coach de Novak Djokovic,  la joven promesa representante de la Next Gen le plantea un enorme desafió y un gran proyecto a concretar.

Becker comenzará a acompañar a Rune  en el ATP 500 de Basilea, en Suiza, a partir de este sábado. Luego, la gira continuará por el Masters 1000 de París-Bercy, donde la joven estrella defenderá el título e intentará ingresar al Torneo de Maestros de Turín, Italia, del 12 al 19 de noviembre.