El tenis es uno de los principales deportes en el mundo que mueve millones de dólares,  pero la mayor tajada de esos ingresos siempre queda en mano de unos pocos. No solo se benefician organizadores, jugadores dentro del top 100, sí no que también otros negocios periféricos que han ido incrementando sus ganancias hasta alcanzar cifras astronómicas, como las casas de apuestas.

En contra partida, la vida de los jugadores que se alejan del principal pelotón del ranking del ATP pasan penurias para poder mantenerse en carrera. Varias historias que se entrelazan dejan al descubierto una realidad que pesa en el mundo del tenis, pero que pocos están dispuestos a comprometerse para que esta realidad cambie.

La primera piedra la arrojó hace pocos días el tenista indio Sumit Nagal, quien contó su dura realidad a uno de los principales diarios de su país y la noticia corrió como pólvora, a tal punto que hasta el propio Djokovic salió a bancarlo. 

Nagal es la raqueta número uno de su país desde hace varios años, ocupa el puesto número 157 del ranking mundial, aunque llegó casi a estar entre los 100 mejores del mundo, pero en su cuenta solo tiene unos pocos euros. En su relato destacó lo complicado que es para muchos tenistas intentar vivir de este deporte al que se dedican profesionalmente: “Si miro mi saldo bancario, solo tengo desde principio de año unos 900 euros. Recibí algo de ayuda una fundación y cuento con el apoyo mensual de una compañía de combustibles, (IOCL)”.

El jugador indio, además aclaró que no tiene apoyo de su país, pero que en general ésta es la realidad de los jugadores que se encuentran ubicados alrededor de puesto 100. “Lo único que les da un buen dinero a los jugadores son los Grand Slams y los Masters 1000, que sirve para reinvertir en sus carreras, después todo lo que no sea estar en esas competencias, generan ingresos mínimos o enormes pérdidas”. 

A Nagal solo lo mantiene activo su pasión por este deporte y en sus palabras se percibe el desconsuelo: “Invierto todo lo que gano, viajo solamente con un entrenador, sin fisioterapeuta. Siento que me falta apoyo a pesar de ser el mejor tenista indio desde hace años. Soy el único jugador que clasifica a los Grand Slams y el único en ganar un partido en los Juegos Olímpicos”.
El que recogió el guante fue Djokovic, quien desde siempre apoyó causas injustas o pérdidas y apuntó contra las casas de apuestas para mejorar las condiciones económicas de los tenistas. “Hay una cosa muy ilógica en este asunto y es que no nos hemos movido del sitio en los últimos 20 años. Por la integridad del deporte, a los tenistas no se nos permite ponernos logos de casas de apuestas en nuestra ropa mientras jugamos, mientras que a los torneos se les permite tener casas de apuestas como patrocinadores principales, dijo el serbio.

La idea de Nole es que los jugadores también obtengan beneficios a partir de los patrocinios de casas de apuestas, a partir de llevar publicidad de esas empresas en su indumentaria. “Las casas de apuestas están ganando miles de millones y muchas partes interesadas en el ecosistema del tenis también se están beneficiando a través de esos acuerdos. Pero a los tenistas les llegan las migajas o casi nada”.

"Yo soy de Serbia y no tenía nada, ahora tengo influencia y quiero luchar por mejores condiciones, porque entiendo las dificultades que genera pagar los gastos de viaje, si no se cuenta con el respaldo de una federación fuerte, algo que el 90 por ciento de los jugadores en todo el mundo no tienen, por lo que no cuentan con el presupuesto para pagar a los entrenadores o fisioterapeutas", se explayó Nole.

Esta semana otro de los que se sumó a la polémica fue el argentino Marco Trungelliti, quien hace algunos años levantó más que polvareda al denunciar los amaños o a arreglos de partidos de tenis del circuito profesional. En relación al desbalance económico que existe en los torneos de tenis, entre los que lideran el escalafón internacional y los que les siguen de atrás, el santiagueño  resaltó en los medios nacionales el compromiso de Djokivic con los jugadores y comparó su accionar con el de sus pares: “A la gente le puede gustar o no, pero Federer y Nadal, nunca dijeron nada. Quieras o no, ellos son cómplices de lo mal que está el sistema, ellos no fueron capaces de abrir la boca ni una vez y luchar por los derechos de los jugadores…… Es lo que siempre me jodió y me va a seguir jodiendo. Como jugadores pueden ser buenísimos, pero como humanos tratando de mejorar el sistema en general, me parecen paupérrimos.”