El 6 de agosto de 2013 marcó un antes y un después en la historia de la ciudad. A las 9:38 de la mañana, se produjo una explosión en el edificio ubicado en Salta 2141. El estallido se escuchó en casi toda la ciudad. Provocó desconcierto, incertidumbre, desazón, desesperación, y la búsqueda de una explicación que no se podía ni conjeturar.

En el lugar se encontraba trabajando el gasista Carlos García, junto con su ayudante, porque desde hacía varios días se sentía olor a gas. Los habitantes del edificio comenzaron a llamar al 911 porque el olor cada vez penetraba más. Hasta que sucedió la explosión.

Pedro Flores, portero del edificio de Salta 2141, declaró: “Había un olor a gas impresionante y el ruido era como una turbina o un helicóptero que estaba muy cerca. Bajé las escaleras y el olor era más intenso y estaba oscuro, no se veía nada. Me di cuenta que iba a suceder una catástrofe. Pensé que no iba a salir de ahí adentro. Salí a la puerta y me encontré con García (el gasista) y le dije que qué había hecho, que iba a morir mucha gente. Se fue a buscar ayuda y me sentí muy sólo. No sabía qué hacer, empecé a pedirle a la gente que se había juntado que se retiraran”

“Lo vi estallar y vi caer la torre del medio. Me sentí muy triste en ese momento. Sabía, conocía a la gente que vivía ahí adentro, sabía quiénes estaban y que la torre del medio había desaparecido. Veía caer camas, colchones, gritos de auxilio y estaba paralizado viendo lo que pasaba delante de mis ojos”.

Por otro lado, un testigo que vio al gasista cuando se retiraba del lugar le escuchó decir: “Vamos, vamos que hicimos cagada”. Lo describió como un hombre de unos 50 años, morocho y de barba. “No tengo ninguna duda de haber escuchado esa frase. Sueño con la explosión, tengo pánico”, afirmó.

Por su parte, el director de la Policía Científica de la Policía Judicial de Córdoba, Ernesto Sergio Fernández, quien participó de las pericias de Salta 2141, declaró: “García omitió todo. No verificó qué tipo de trabajo era. Si el regulador secuestrado es el que pretendía colocar, iba a tener que modificar toda la estructura. Era imposible de colocar ese regulador porque era más chico que el que estaba. Las salidas y entradas eran de 1.5 pulgadas y el otro era de 2. Era imposible colocar ese regulador si no se hacían cambios en toda la cañería. Litoral Gas tenía que ser notificado, llevar planos, aprobar el trabajo y que el consorcio le dé autorización al gasista.

La válvula estaba abierta. Desconectaron el regulador, sino no hay forma de que se produzca esa salida intempestiva de gas. Las roscas estaban perfectas y los peritos asienten que es así. Se desenrosca el regulador de la línea troncal sin tener cerrada la válvula”.

Falencias estructurales, más un error humano, que le costó la vida a 22 personas. De allí en adelante, fue el objetivo de las familias de las víctimas que se haga justicia, que paguen quienes debían pagar.

El juicio se realizó el 2 de julio de 2019. Sorprendentemente para muchos, la Justicia encontró como único culpable a Carlos García, el gasista. Fue condenado a 4 años de prisión por estrago culposo. Fue el último en manipular el gabinete de gas antes de la explosión. No cortó el suministro cuando comenzó a hacer los trabajos; tampoco la luz; no cerró la puerta de acceso al edificio; ni avisó a los vecinos cuando empezó el escape. Sin embargo, recién en abril de 2021 García fue detenido. Debido a su edad (70 años) y a que padece diabetes grado 2 e hipertensión, cumplirá prisión domiciliaria.

¿Y los otros 10 imputados? Los otros 10 imputados, José Luis Allala, gasista que hizo un trabajo previo en la torre; Norma Bauer, Mariela Calvillo y Carlos Repupilli, responsables de la administración del edificio; Guillermo Oller, Luis Curaba y Gerardo Bolaño, reclamistas de Litoral Gas; Claudio Tonucci, jefe de mantenimiento de redes de Litoral Gas; Viviana Leegstra, gerenta técnica de Litoral Gas y Pablo Miño, ayudante de García, resultaron absueltos por “insuficiencia probatoria”.

La Fiscalía y la querella, integrada por la familia Gianángelo, pidieron condenas para los empleados y gerentes de Litoral gas, ya que consideran que hubo “una cadena de responsabilidades” que excedieron la figura del gasista. Sin embargo, la Cámara de Penal de Rosario al confirmar el fallo señaló que “Podrá no ser creíble que una sola persona haya causado todo este daño. Pero así está probado”

La explosión ocasionó el derrumbe instantáneo de la Torre Media, y severos daños en las Torres Norte y Sur, las cuales posteriormente debieron ser demolidas.

Cabe resaltar la labor que tuvieron los bomberos y los rescatistas. Su trabajo se prolongó por seis días y el hecho tuvo trascendencia nacional. La comunidad rosarina realizó colectas mientras realizaban la intensa búsqueda de las personas que permanecían desaparecidas en el lugar de la tragedia y finalmente fueron halladas.

Actualmente en el lugar se está construyendo la primera etapa del Espacio Cultural y Educativo de la Memoria y la Música. Entre tanto dolor, este Memorial será un espacio de recuerdo, capacitación y cultura para Rosario.