Un hermano de Ricardo Krabler (24), el joven que murió tras ser baleado por un médico al que asaltó para robarle el auto en la localidad bonaerense de Loma Hermosa, juró que no va a parar "hasta que paguen lágrimas por lágrimas" (sic) su muerte.

En una carta dirigida a su hermano, que escribió en su muro de Facebook bajo el nombre de "Druu de Lyberta" y que luego borró, el hermano de Krabler, a quien apodaban Nunu, prometió "hacer Justicia".

"Ese hijo de puta no tendría Q verte hecho eso pq te kito la vida así, 24 anios a 20 días d cumplir 25 est hijo d puta ya la va a pagar hermano t lo juro, se Q ai un Dios Q lo be todo y Q ase justicia" (sic), dice uno de los tramos iniciales de la publicación, acompañada por una foto de Krabler. Y más adelante, añade: "Cuantas Kagadas t mandast y nunca t dejamos tirado y aora menos. ni vamos a parar asta Q est Gil la pages t juro hermano" (sic).

Tras lo cual concluye: "SIEMPRE PRESENTE HERMANO NUNCA T BOY A OLVIDAR SOS EL ANGEL DE TODA LA FAMILIA TE AMO HERMANO EST GIL VA A PAGAR LAGRIMAS X LAGRIMAS" (sic).

Ayer, uno de los hijos del médico Lino Villar Cataldo (61), actualmente detenido por homicidio agravado por el uso de arma, denunció amenazas por parte de la familia Krabler. "El mismo día (del hecho, el viernes último) vinieron a tirar tiros, estando la Policía" en el lugar, relató a la prensa Darío Villar Cataldo, quien aseguró que familiares del ladrón se acercaron "preguntando por qué lo mataron" y después lo amenazaron a él de muerte y también con incendiar su casa.

El miedo del médico y su familia

"Está angustiado, está mal, anímica y físicamente mal. Es un médico que se dedica a salvar vidas, no a sesgarlas. Lo conoce todo el barrio, tanto a él como a su familia, y claramente es una víctima en esta situación", dijo a Télam el abogado Diego Szpigiel, defensor de Villar Cataldo.

El letrado explicó que el médico "está golpeado, tiene lesiones en la cabeza porque recibió un golpe, tiene heridas en las rodillas y está dolorido en todo el cuerpo", y agregó que está "atemorizado por las amenazas que está recibiendo su familia. Tiene mucho miedo que les pase algo a alguno de los miembros de su familia".

"Los han amenazado, pasan y les gritan que los van a matar a todos, que les van a quemar la casa. Obviamente tememos por sus vidas", aseguró el abogado Szpigiel.

"Para nosotros fue un caso muy claro de legítima defensa. Tampoco descartamos la viabilidad de un exceso en la legítima defensa, pero en cualquiera de esos casos, debería ser excarcelado", dijo el letrado.

Ayer, la fiscal Diana Mayko, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de ese Departamento Judicial, pidió al juez Oyhanarte la detención del médico por el delito de "homicidio agravado por el uso de armas" de Ricardo Krabler (24), quien murió baleado la madrugada del viernes último cuando Villar Cataldo se resistió al robo de su auto.

Un momento fatal

El hecho ocurrió cerca de las 21 del viernes, en el cruce de El Ombú y El Pensamiento, en la localidad bonaerense de Loma Hermosa, partido de San Martín, cuando el médico salía de su consultorio a bordo de un Toyota Corolla y fue abordado por un joven armado con un pistolón, el cual, se determinó luego, no estaba cargado.

"Él declaró que terminó de atender y salió a bordo de su auto. Lo dejó encendido en la entrada, sobre la vereda y bajó para hablar con un vecino. Cuando el vecino se fue a su casa, el médico volvió a su auto y estando la ventanilla del conductor abierta sintió un golpe en la cabeza de parte de un delincuente armado que le exigió la entrega del vehículo", precisó el letrado.
Villar Cataldo dijo en su indagatoria ante la fiscal Mayko que el asaltante lo sacó del auto tomándolo "de los pelos" y que cayó al piso, con sus piernas debajo del auto, por lo que cuando el delincuente, ya adentro del vehículo, dio marcha atrás le lesionó una rodilla.

"Cuando el auto se alejó unos metros en reversa, el médico rodó hasta el cantero de su consultorio para tomar su pistola y cuando el vehículo volvió a avanzar hacia su posición y el delincuente le apuntó al grito de '¡te voy a matar hijo de puta!, mi defendido dijo que disparó 'al bulto'", indicó Szpigiel.
Siempre según la secuencia descripta por el médico, tras los disparos, éste salió corriendo para alejarse de la línea de tiro del delincuente, quien volvió a circular en reversa hasta que el auto hizo tope con el cordón de la vereda de enfrente y él quedó muerto en el interior del mismo.

"Luego, el médico entró al consultorio, cerró la puerta y llamó al 911. Y cuando llegó la Policía entregó su arma y la credencial que certifica que es legítimo usuario pero no portador", concluyó el abogado.