“Todas las emisiones de deuda externa hechas por el actual Gobierno están sometidas a condiciones humillantes para la Nación Argentina. Al habitual renunciamiento a nuestra soberanía legislativa y jurisdiccional, se le suman la anticipada renuncia a discutir la legitimidad de dicho endeudamiento, la renuncia a pedir rebaja de la tasa de interés, pedir recomposición de la deuda o moratorias”, decía en 2019 el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat sobre la catástrofe económica y la bomba con reloj que dejaba el macrismo para los argentinos.

El ex presidente Mauricio Macri reconoció que la plata enviada por el FMI la utilizó para dársela a los bancos y de esa forma contribuir a una de las fugas de capitales más grandes de la historia política moderna. Más aún, redobla la apuesta acusando al actual presidente Alberto Fernández de endeudar al país y que si hubiese sido él quien ganara las elecciones “la deuda la resolvía en cinco minutos”, toda una broma de mal gusto imposible de comprender.

Para el reconocido constitucionalista, las últimas palabras de Macri representan una confesión, más allá que era de público conocimiento lo que se hizo durante su mandato. “Evidentemente, el dinero que se tomó del FMI se empleó para la fuga de capitales y esto se corresponde numéricamente con los registros del Banco Central, no hay ninguna duda de que esos 46 mil millones de dólares, mal habidos, salieron inmediatamente hacia los paraísos fiscales para las acreencias de los bancos y los particulares”, añadió en diálogo con Ariel Bulsicco por Si 98.9.

Luego el abogado señaló que cualquier préstamo con organismos internacionales debe ser aprobado por el Congreso de la Nación como un acto ineludible, situación que no sucedió con este endeudamiento salvaje donde no se presentaron desde el Ejecutivo ante este órgano legislativo que tampoco llamó a su revisión para darle luz verde o desecharlo.

“Estamos ante un acto jurídico que no fue otorgado por personas capaces. El Fondo Monetario tuvo torpezas y no hay ninguna duda de que esto fue respondiendo a una directiva de Donald Trump que buscaba mantener a Macri, pero no se fijaron en los detalles”, adujo y si bien se entregó el empréstito violando la carta orgánica del FMI, Barcesat apuntó a una mirada desde la Constitución Nacional, donde queda claro que esta acción fue un tratado y eso marca la Carta Magna argentina: debe intervenir el Congreso.

Desde la filas macristas, con sus constitucionalistas, sostienen que hubo una delegación de facultades del Legislativo hacia el Ejecutivo de acuerdo a la Ley de Administración Financiera de 1992, pero según el especialista “sólo establece esas facultades para con los deudores privados o bonistas, no así en el caso de un organismo internacional, como es el FMI”.

Entonces ¿quién paga la deuda? Barcesat citó que desde el punto de vista jurídico, “cuando un acto nulo fue concertado entre partes que conocían o debían conocer de la inhabilidad, ninguna acción tienen entre sí para reclamarte nada”. Es decir, ni el FMI “pude decir que desconoce el Articulo 72 ni que la Ley 24.156 no regía cuando se hizo esto, por lo cual su responsabilidad es inobjetable”.

“Tenemos que decir claramente y en esto hay que plantarse de una vez por todas que el derecho está para se ha aplicado y nos ampara el Tratado de Viena que sostiene que cuando un tratado fue celebrado sin el visto bueno del derecho interno es nulo”, precisó finalmente desde el enfoque jurídico que desde su mirada es primordial más allá de pensar de qué manera se va a pagar el préstamo.  

Aquí el audio de la nota completa. 

#NadieEsPerfecto - Eduardo Barcesat by Sí 989