La fe de muchísimas personas se renovó este Viernes Santo, como cada año para esta fecha, y la convocatoria del padre Ignacio Peries volvió a ser uno de los escenarios privilegiados en Argentina para este acto de religiosidad.

Si bien no hay cifras oficiales aún, a primeras horas de la tarde ya se estimaba con que se dieran cita a la tradicional ceremonia unos 300 mil fieles. Colectivos de distintos puntos del país llegaban acercando comitivas deseosas de “pedir, agradecer y acompañar”, tal como el párroco de la ciudad había citado.

Todo se desarrolló según lo previsto en las inmediaciones de la parroquia Natividad del Señor, en barrio Rucci, en donde se desplegó un importante operativo de seguridad para contener al caudal de gente. Cerca de 300 efectivos policiales y gendarmes, además del personal designado por la Dirección de Tránsito y la GUM se encontraron en el lugar.

“Es un contagio de fe” expresó una señora que caminaba junto a su hija. Y algo de cierto debe haber en lo de contagio, porque miles y miles de personas, algunas que expresaban incluso no ser muy creyentes, se acercaron a esta tradicional comunión. 

La palabra

Ignacio guió el Vía Crucis ante la atenta mirada y atención de los fieles, que escuchaban sus palabras en altavoces. Incluso no se redujo a la oratoria en castellano, sino que también lo hizo en inglés e italiano.

Hasta dejó entrever en sus palabras el pulso electoral del año: “Que Dios ilumine a los candidatos que pide nuestro voto, porque ellos nos deben servir, tienen que pensar en nosotros. Todos queremos salir a la calle de forma tranquila y dormir en nuestros hogares”

Además, se expresó en relación a lo que muchas personas van a buscar a su templo: “Esta noche pedimos que la mano de Dios nos toque. No la de Ignacio, sino la de Dios. Que su mano alivie los dolores de los enfermos y les levante el ánimo”.