Jerusalén. Ciudades como Jerusalén, Haifa o Tel Aviv han amanecido este lunes con algunas de sus fuentes teñidas de rojo en protesta por la inactividad del Gobierno y Policía a la hora de prevenir agresiones contra mujeres.

Estas acciones de protesta, como la de enrojecer las fuentes públicas o simular mujeres muertas tumbadas en el suelo de diferentes lugares, como frente a la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la semana pasada en Jerusalén, preceden a la huelga nacional prevista para este martes.

Después de conocerse la semana pasada el asesinato de dos menores, Yara Ayub, de 16 años, y Silvana Tsegai, de 12, varias organizaciones de mujeres anunciaron la convocatoria de la huelga y de una manifestación en Tel Aviv, bajo el paraguas de una iniciativa ciudadana autodenominada coalición de la Bandera Roja.

Las organizadoras exigen que el Gobierno financie un programa para prevenir la violencia de género.

El año pasado el gabinete israelí aprobó tanto el plan como su presupuesto, de 250 millones de shékels (casi 60 millones de euros), pero el diario Haaretz informó la semana pasada de que ese dinero nunca fue desembolsado.

Con las dos menores muertas, Ayub en el pueblo de Jish, en la Galilea, y Tsegai en Tel Aviv, el número de mujeres asesinadas en el país se elevó a 24 este año, en un país con una población de ocho millones de habitantes.

Los ayuntamientos de las mayores ciudades -Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y Rishon Letzion-, han apoyado la huelga de mañana y han anunciado que permitirán a sus trabajadoras participar sin que esto les represente una pérdida salarial.