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Los empleados del Sanatorio de los Nuevos Ayres atravesaron largos meses de incertidumbre y parece que, al fin, desde este viernes comenzarán a tener algo de tranquilidad. Gracias a la incorporación de una nueva empresa a la dirección, unos 54 trabajadores no médicos del nosocomio ubicado en Pellegrini 1353 conservarán sus puestos. Todo se hará oficial este viernes por la mañana con la firma del convenio en la sede del Ministerio de Trabajo provincial. Lo que sigue, son tres meses de remodelaciones en la histórica casona.

La historia de padecimientos se inició en mayo de 2016 cuando Pami “desfinanció” al sanatorio quitándole las cápitas, según palabras del Secretario Gremial de Atsa Rosario, Gustavo Martino. En ese momento, con 108 trabajadores, más de 12 mil afiliados a la obra social de los jubilados dejaron de ser atendidos en ese centro médico y entonces se temió por el posible cierre.

En diciembre del año pasado Acción Médica SRL se hizo cargo de la gerencia, pero las condiciones para los empleados no mejoraron. En el camino se perdió el convenio que el sanatorio mantenía con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), lo que significó otro duro golpe después de lo ocurrido con Pami. Para colmo, en febrero falleció la cabeza de esa asociación de médicos que intentó timonear los destinos del centro de salud y quienes quedaron a cargo no contaban con los fondos suficientes para hacerlo. Entonces la situación volvió a ser crítica.

Sin pacientes, en febrero el sanatorio cerró sus puertas y hasta abril los trabajadores que quedaron cobraron “de a puchitos”, contaron desde el gremio. Después de tanta incertidumbre, el traspaso del local a la Mutual 2 de octubre, que fue homologado esta semana, podría ser el comienzo de la solución.

Este viernes se firmará el convenio que asegurará la continuidad de los 54 trabajadores en cuestión “con todos los derechos, entre ellos la antigüedad”, según confiaron desde Atsa. La nueva conducción pagará un “graciable” que equivale casi al 60% de los sueldos adeudados y mientras duren las obras que se realizarán en el edificio, los empleados cobrarán el 50% del salario.

Según está previsto, los trabajos que buscan apuntalar el histórico inmueble finalizarán en febrero de 2018 y entonces la actividad se reactivará definitivamente.