En el Hospital Roque Sáenz Peña, espacio clave a nivel salud para los vecinos de zona sur, los trabajadores extienden su reclamo por las malas condiciones edilicias y la falta de respuestas por parte de las autoridades. Sin embargo, la nueva dirección del nosocomio afirma que con el cambio de conducción que se concretó hace dos meses, se iniciaron trabajos de reparación que ya empiezan a verse. Este jueves habrá un nuevo abrazo solidario al inmueble de Laprida al 5300, justo el día en que se reinaugurarán los baños públicos.

Matías Vidal, nuevo director del Hospital, dijo estar descolocado. “Hay mesas de trabajo para definir, por ejemplo, qué tipo de obras se deben hacer, además de diálogo permanente con el sindicato. Pero el grupo que convoca al abrazo no adhirió a estas mesas y se complica entender el punto del conflicto”, contó a Rosarioplus.com.

El nuevo encargado del nosocomio llegó respaldado por fondos municipales y provinciales que rondan los 15 millones de pesos y afirmó que “en este momento hay obras simultáneas, una inversión activa”. Por ejemplo, señaló que se realizan trabajos de mejora en la zona de Maternidad, Rayos y ya se cerraron proyectos para continuar con las obras el año que viene.

“Llegué con un regalo, pero me encuentro con esta situación. Armamos diez equipos de trabajo y estamos resolviendo cuestiones históricas, no solamente edilicias. El primer abrazo al hospital fue porque la obra en maternidad no se hacía, pero empezó la semana pasada”, se defendió Vidal.

Por su parte, desde Amra se limitaron a manifestar que “no está todo bien, pero tampoco todo mal”, y remarcaron la derivación de las embarazadas a la Maternidad Martin, dejando en el Sáenz Peña sólo un partero para emergencias, como principal preocupación. El sindicato acompaña el reclamo pero aclaró que no adhiere directamente y da vía libre a los trabajadores para participar o no del abrazo al Hospital.

Desde hace meses, trabajadores de distintos efectores de salud de la ciudad reclaman por los problemas edilicios que, según afirman, dificultan la atención. Ese jueves, a las 10, volverán a hacerse oír, aunque las autoridades remarquen que las obras van para adelante.