La Organización Mundial de la Salud aseguró este miércoles que "no hay duda" de que los vaporizadores son perjudiciales para la salud y no son seguros, según publicó en una guía en su sitio web sobre los cigarrillos electrónicos.

"No hay duda de que los vaporizadores son perjudiciales para la salud y no son seguros", destacó el informe en el que la OMS respondió al público sobre la seguridad de su consumo, el riesgo de contraer enfermedades pulmonares y qué tan adictivos pueden llegar a ser, entre otras cuestiones.

Hay muchos tipos diferentes de cigarrillos electrónicos en uso, también conocidos como Sistemas Electrónicos de Suministro de Nicotina, con cantidades variables y emisiones nocivas que de acuerdo con la OMS contienen otras sustancias tóxicas que son perjudiciales tanto para los usuarios como para las personas expuestas a los vapores de segunda mano.

"Se ha descubierto que algunos dispositivos que afirman estar libres de nicotina contienen nicotina", aseguró la agencia de salud.

La OMS resaltó que son particularmente peligrosos cuando los usan los adolescentes: "La nicotina es altamente adictiva y los cerebros de los jóvenes se desarrollan hasta los veintitantos años. La exposición a la nicotina puede tener efectos nocivos duraderos".

"Para las mujeres embarazadas, los suministros electrónicos de nicotina presentan riesgos significativos ya que pueden dañar al feto en crecimiento", agregó la guía.

Otro factor peligroso de estos productos es que el líquido o aceite que se vaporiza puede quemar al usuario y rápidamente causar envenenamiento por nicotina si se ingiere o absorbe a través de la piel.

"Existe el riesgo de que los dispositivos tengan fugas, o que los niños traguen el líquido, y se sabe que estos dispositivos causan lesiones graves cuando explotan", advirtió la OMS.

Para el 10 de diciembre de 2019, EE.UU. notificó más de 2.409 casos de pacientes hospitalizados y 52 muertes confirmadas, y al menos otros cinco países iniciaron investigaciones para identificar casos de lesiones pulmonares relacionadas con el uso de estos productos.

Según la OMS, los gobiernos deberían restringir la publicidad, la promoción y el patrocinio de estos productos para proteger a los jóvenes, otros grupos vulnerables y a los no fumadores.

"El uso esos productos en lugares públicos y de trabajo cerrados debe estar prohibido, dados los riesgos para la salud que representan para los no usuarios", aclaró la OMS.

Además, la Organización recomendó gravar estos dispositivos de manera similar a los productos del tabaco, ya que ofrece beneficios mutuos para los gobiernos y para proteger a los ciudadanos a través de precios más altos que impidan el consumo.