La ministra de Salud provincial, Sonia Martorano, anunció que a fines de junio estará vacunada toda la población de riesgo con al menos una dosis luego de que se termine con el grupo de 18 a 59 años con comorbilidades.

Además, aclaró que la campaña de vacunación avanza "a un ritmo de 35000 aplicaciones diarias, un numerazo considerando que en el país el récord de vacunas en un día ha sido 304.000". En ese sentido, desmintió versiones que ponían a Santa Fe relegada en el ritmo de vacunación respecto de otras provincias. "Ha sido una operación de prensa", acusó la ministra. 

Una vez más, redobló la apelación al cuidado ciudadano y dijo que "esto más que una segunda ola es un tsunami".

Martorano habló en Sí 98.9 con Ariel Bulsicco y trazó un panorama de la campaña sanitaria: "Se terminó de vacunar al personal de salud, seguridad y docentes y mayores de 60 años. Ahora estamos vacunando al grupo de 18 a 59 con comorbilidades, aproximadamente se está en las personas de 50 y 55 años en este momento. Antes de fin de junio estará vacunada este grupo”, dijo la ministra, por lo tanto, toda la población de riesgo estará vacunada.

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#NadieEsPerfecto - Sonia Martorano by Sí 989

En la semana trascendió que la provincia tiene demoras con las aplicaciones y que esta situación derivó en unas 200 mil dosis almacenadas. La ministra lo desmintió: “La orden del gobernador es que vacuna que llega, vacuna que va al brazo. Es mentira que estemos atrasados en vacunar, fue una operación de prensa. Estamos igual o con mayor porcentaje de vacunación que otras provincias”.

Martorano insiste en que la situación es “hipercrítica” y muy diferente a la primera ola cuando el pico fue 2.900 casos y no se saturo el sistema. En estos días se registran unos 3.400 casos. “Más que segunda ola es un tsunami. A comparación de la primera, hoy son más casos y más agresivos. Hay radiografías con mucha complicación en los pulmones, con terapias más intensivas y en gente joven”.

Por último sostuvo que las medidas restrictivas no terminan de ser efectivas porque mucha gente no obedece. “Son antipáticas las restricciones -sostuvo- pero cuesta que la gente comprenda que no deben circular, socializar, reunirse. No es momento de reunirse, porque es una situación hipercrítica”.