El cruce de Felipe Moré y Godoy es uno de los tantos rincones de la ciudad que no suele recibir medios de prensa, salvo cuando sufre un hecho de inseguridad o lo visita un funcionario. “Gracias por llegarse hasta acá e interesarse por cómo estamos”, es lo primero que dice la doctora Patricia Sforzini, directora del Centro de Salud Municipal “David Staffieri”, frente al Distrito Oeste, cuando llega el móvil de la Sí 98.9.

Ahora, son las nueve menos cuarto de la mañana. Y las radios cuentan que desde temprano hay gente haciendo cola en Falabella. En los grupos de WhatsApp de los que viven en el centro rosarino, se repiten comentarios nostálgicos de encuentros en esa esquina de Córdoba y Sarmiento. Aunque acá en zona oeste, hay otras preocupaciones. Frente al Centro de Salud Municipal, un puñado de vecinos corta el pasto y barre la vereda del efector. Una tarea de mantenimiento que es contraprestación del plan de trabajo que les brinda el Estado, en un contexto en el que es muy complicado conseguir empleo formal en el sector privado. A su lado, varias doctoras organizan los turnos de atención clínica y de hisopados Covid.

Con la pandemia, se montó aquí una sala externa para atención de pacientes con síntomas de coronavirus. Y en las últimas semanas, en sintonía con lo que pasa en el resto de la ciudad, se recibieron más consultas. “Vienen por cuestiones febriles o gripe, pero también notamos más pedidos para hisoparse”, dice Sforzini en diálogo con “Nadie es Perfecto”, por la Sí.  

Aquí se sigue con atención, además de la evolución de los contagios y la sintomatología de quienes vienen a hisoparse, lo que sucede con el plan de vacunación. Se destaca, claro, el hecho de que la Argentina esté vacunando y que todo el personal del Centro de Salud ya haya recibido las dos dosis de la Sputnik V. Pero también se sugiere alguna forma para llegar con más efectividad al territorio. “Hay diferencias con la forma de trabajo que traíamos, que es descentralizada. Nosotros tenemos una red de más de cincuenta centros de salud en los barrios. Y por una cuestión de equidad, porque la gente accede al turno anotándose por Internet, creo que debería implementarse algún otro método”, señala la doctora Sforzini.

El planteo, que fue llevado a las instancias formales de gestión de los Centros de Salud, es que el sistema centralizado de inscripción para la vacuna y la asignación de lugares mediante el turnero, está dejando afuera a gente de los barrios más vulnerables. “A veces pasa que no saben usar las herramientas tecnológicas, o no tienen acceso. En algunos casos, pudimos ayudar a la gente a anotarse. Pero sería ideal poder con las dosis directo al territorio, al menos con las que no necesitan de una cadena de frío tan compleja. Sería bueno tener una estrategia que nos permita llegar a esas familias, a los vecinos que están en el fondo de cada barrio”, agregó la directora del Staffieri.