Una reclusa de la cárcel de mujeres de Rosario murió por coronavirus y otras 30 cursan la enfermedad, informó este jueves la defensora General de Santa Fe, Jaquelina Balangione, quien advirtió que en ese centro de detención hay un brote de Covid-19. Las organizaciones que defienden los derechos de las mujeres presas esperan que se tomen las medidas para evitar nuevos contagios.

Graciela Rojas, referente de Mujeres Tras Las Rejas, manifestó su preocupación por la situación que se vive y dijo que teme ante la posibilidad de un recrudecimiento del brote en el establecimiento carcelario, sobre todo por las condiciones de habitabilidad.

En ese sentido sostuvo en diálogo con Sí 98.9 que “es muy difícil aislarse en estos espacios”, donde si bien hay celdas individuales, son compartidas por dos o tres internas y están dentro de un pabellón común.

“El pabellón en sí tiene poca aireación”, citó Rojas que además reveló que a medida que se hacen los hisopados “crecen los positivos” y que “es escasa” la provisión de elementos para la higiene.

Covid en la cárcel de mujeres: incertidumbre y temor por multiplicación de casos

Para la ONG el tema es grave, no sólo por la salud. “Esto se puede agravar si no se vacuna. Además, hay que mover los prejuicios de la sociedad sobre los estereotipos de personas privadas de la libertad, se trata de ciudadanos y ciudadanas que tienen derecho a la salud”, recalcó la referente de la entidad.

Una semana atrás, la defensora general Jaquelina Balangione había presentado un hábeas corpus colectivo para vacunar contra el coronavirus a presos de Santa Fe. Rojas que acompaña esta decisión ratificó que ya “hay un decreto por parte del gobierno provincial, pero el Covid llegó antes que las vacunas”.

La penitenciaría de 27 de Febrero al 7800 cuenta con cuatro pabellones con capacidad para 150 internos, pero la población está ampliamente superada con 183 residentes. Según trascendió, en el pabellón Nº1 de madres, una de las detenidas tuvo síntomas y la demás que comparten es especio, 12 en total, debieron ser aisladas preventivamente.

A estas internas de los suman otras 30 que dieron positivo, pero en el pabellón Nº2. Hasta ahora en el Nº3 y Nº4 no registraron casos. Fue el fallecimiento por Covid-19 de Mónica Romero, una mujer interna de 51 años, que sacó a la luz una problemática que se fue enmascarando en el contexto de la crisis sanitaria que desencadenó la pandemia.

 “La pandemia es un buen momento para que la sociedad mire las cárceles porque estas son una construcción social. Están dentro de la sociedad y forman parte de ella. Quienes repudiaron que se vacune a quienes están detenidos deben saber que son ciudadanos y que la salud es un derecho que no se pierde por estar privada de la libertad que lo único que pierde es su libertad ambulatoria”, subrayó Rojas ante el embate y el olvido que se suele hacer de las cárceles.  

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