El inmunólogo y director del Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio), Mario Armando Perichón compartió algunos detalles sobre el cruce de la tarea altruista de donar órganos con la realidad pandémica en la que trabaja desde el comienzo, con una investigación sobre voluntarios que fueron vacunados con la vacuna rusa Sputnik V.

En diálogo con Rosarioplus.com, el doctor Perichón detalló cuántos órganos se donaron durante la pandemia, cómo debieron reformular las medidas de ablación, y dio también su opinión como inmunólogo.

“Cuando comenzó la pandemia pensamos cómo aportar desde nuestro lugar, ya que contamos con un laboratorio de inmunogenética y el Centro Regional de Hemoterapia con herramientas tecnológicas sofisticadas en Rosario, y empezamos desde el comienzo de la pandemia a investigar la efectividad de la vacuna con 1400 voluntarios tomando muestras de sangre”, precisó Perichón.

El día que todos los voluntarios se fueron a vacunar se sacaron sangre antes de la inoculación, luego a los 21 días, otras tres semanas después de la segunda dosis, y cada seis meses lo harán hasta cumplirse un año. El objetivo final, que se verá en marzo de 2022, es detectar la efectividad de esta vacuna, “ver si con el tiempo desaparecen los anticuerpos”, explicó.

La población sobre la que investigaron es mixta: hombres y mujeres, con y sin comorbilidades, de entre 24 y 80 años. De los 1400, un 24 por ciento ya tuvieron Covid. Y entre los estudios preliminares, precisó: “De los estudiados tras la primera dosis, éste 24 por ciento tuvo 97 por ciento de anticuerpos, mucho más alto que los que no habían tenido el virus”.

La pandemia bajó la donación de órganos

Una sola persona fallecida puede donar muchos órganos y tejidos, y beneficiar con una donación multiorgánica a más de 10 pacientes, y por eso se dice que se trata de la última acción altruista que puede dejar alguien de su propia vida. “Aun después de muerto se puede generar una alternativa de vida para otra persona”, es la línea en la que a Perichón le interesó trabajar desde que fundó el CUDAIO en 1995.

Justo antes de la pandemia el especialista observaba un aumento exponencial de donación de órganos con la aprobación de la Ley Justina de consentimiento presunto, “con un margen legal muy importante, y el 2019 había sido record histórico en donación de órganos”.

Pero en 2020 en todo el mundo bajó la cantidad de donaciones de órganos, “sobre todo por el desconocimiento de la infección al principio, y por la capacidad de mortalidad del virus en las primeras olas. A eso se sumó que en las Terapias Intensivas se llenaron de pacientes con Covid, que no eran plausibles de donar”.

Cabe aclarar que un órgano de un paciente covid fallecido aun no está confirmado que transmita o no covid, pero los protocolos de acción que se han tomado en todo el mundo a partir de la llegada de la pandemia es no trasplantar. “En tanto y en cuanto la PCR que se hace al paciente fallecido le dé negativo, sus órganos se podrán donar”, precisó Perichón.

Volviendo a la baja de ablaciones de órganos, precisó que otras dificultades que aparecieron fueron con la cuarentena estricta, que no hubo circulación y eso complicó mucho el traslado de órganos cuando no había aviones, y Argentina no escapó a esa baja: “La caída en el año de donaciones de órganos fue de un 50 por ciento y en Santa Fe de un 40 por ciento, pero hay países donde bajó el 80 por ciento”.

Pero afortunadamente el panorama vuelve a mejorar, ya que en 2021 se comenzó a recuperar los niveles del 2019, “quizás con una leve baja, porque en Santa Fe teníamos 20 donantes en 2020 a esta altura del año, y hoy tenemos 38, y terminaremos el año entre un 15 y un 20 por ciento de la baja”.