El infectólogo Luis Cámera, uno de los especialistas más consultados por el gobierno nacional durante la pandemia, celebró con cautela los anuncios oficiales sobre el fin del uso del barbijo en espacios al aire libre: "Estoy ilusionado, porque lo peor ya pasó. La segunda ola fue horrible, se nos llevó a 65 mil personas, muchas de ellas jóvenes. Pero a esta altura ya tenemos que estar abriendo, porque sólo nos queda el fantasma de la variante Delta. Si no fuese por ese fantasma, la pandemia ya terminó". 

Cámera recordó: "Hace unos meses, cuando estábamos en el peor momento, dije que en en agosto íbamos a tener controlado al COVID. Nos demoró un poco la aparición de la Delta, que igual si aparece no será más que un diez por ciento de lo que tuvimos en la segunda ola", le dijo a Ariel Bulsicco en diálogo con la Sí98.9

No obstante, el profesional sanitario manifestó que la velocidad de vacunación sigue siendo clave, para no depender sólo de los cuidados personales . Y advirtió que sí existirá un riesgo si la gente se quiere manejar "como si estuviera en 2019". En esta línea planteó: "Puede ser que no mantengan el distanciamiento o no quieran usar barbijo. Porque somos del 'todo o nada'. Lamentablemente, como población nos comportamos así. Si hubiéramos respetado más las distancias y el uso del barbijo, los casos hubieran bajado antes. Para mí las vacaciones de invierno complicaron, porque retrasó la resolución de la pandemia".

El infectólogo reforzó la idea de aprender cómo usar el barbijo en esta nueva etapa: "Si yo salgo con dos amigos y voy por la calle sin barbijo al aire libre, cuando entro a un lugar cerrado me lo tengo que colocar. A muchos les puede llegar a pasar que como afuera estaban sin el barbijo, no se lo van a querer poner. Eso sí, me da temor. Pero si la gente usa el barbijo todo el tiempo que lo tiene que usar, ya tenemos controlada la pandemia". Por ello, el especialista instó al gobierno nacional a informar a la población que si las cosas no funcionan, se deberán cerrar nuevamente actividades permitidas.

Para finalizar, Cámera comparó la situación actual con una anécdota familiar: "A mi hijo cuando era adolescente yo le permitía hacer fiestas en casa, hasta que un día le dije que nos las podía hacer más y me acusó de represor. Entonces yo le contesté que podía darle la casa para reuniones, pero que se tenía que portar bien, porque la última vez con sus amigos habían manchado todos los sillones con cerveza. Esto es igual. Si no es con la vacuna, el último antídoto es el barbijo, que en los espacios cerrados se debe mantener".