El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, informó este jueves que su país donará 500 millones de vacunas contra el coronavirus durante el próximo año a 92 países de ingresos medios y bajos "sin condiciones, presiones o potenciales concesiones", en lo que calificó como un anuncio "histórico" realizado durante su visita al Reino Unido en el inicio de su primer viaje al extranjero.

El mandatario detalló que los inmunizantes donados serán los de Pfizer/BioNtech con una partida de 200 millones que serán entregados a partir de agosto próximo y los 300 millones restantes en la primera mitad de 2022.

El envío será coordinado con el Covax, el instrumento que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS) para distribuir fármacos de forma más equitativa, y alcanzará a los 92 países que ese mecanismo incluye en una lista de ingresos bajo y mediano y en la que no figura Argentina.

Las vacunas que donará Estados Unidos formarán parte de la entrega de 2.000 millones de dosis que el Covax se comprometió a distribuir este año en todo el mundo y ayudarán a alcanzar la meta de 1.800 establecida para el 2022.

"Esto es sin condiciones, presiones o potenciales concesiones. Lo hacemos para salvar vidas", destacó Biden en la localidad inglesa de Carbis Bay, en la víspera del inicio de la cumbre del G7 en la que instará a que otros líderes también repartan las vacunas sobrantes.

El demócrata calificó de "histórico" el anuncio que se suma a las 80 millones de dosis de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson que también serán donadas como parte de un plan dado a conocer la semana pasada y a las que se podrían sumar unas 60 millones de dosis de AstraZeneca que Estados Unidos tiene en su territorio sin utilizar.

"Sabemos de primera mano lo que es la tragedia de esta pandemia. Tuvimos más muertos en nuestro país que en cualquier otra parte del mundo", dijo Biden al recordar que cerca de 600.000 personas fallecieron en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia.

"Son más muertes que por la Primera y Segunda Guerra Mundial, Vietnam y los atentados del 11 de septiembre combinados", graficó.

El mandatario señaló que su país conoce también "el camino hacia la recuperación", al destacar que ya se vacunó cerca del 64% de la población adulta con al menos una dosis.

Desde el inicio de esa campaña de inmunización, Estados Unidos priorizó a su propia población al utilizar de forma masiva los fármacos que producen sus laboratorios e imponer barreras de exportación a las propias vacunas y a las materias primas que se necesitan para su exportación.

Pero con casi 372 millones de dosis distribuidas en el país y cerca de 305 millones administradas, la Casa Blanca cambió su política: hace un mes anunció su apoyo a la exención temporal de patentes que con lentos avances se debate en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y hoy profundiza su esquema de donación.

Biden indicó que terminar con el coronavirus es parte de "una obligación humanitaria de salvar tantas vidas como se pueda", aunque admitió que también forma parte "del propio interés" de los Estados Unidos.

"Mientras el virus siga existiendo en cualquier lado hay un riesgo de nuevas variantes que pueden alcanzar a nuestra propia población. La pandemia ya está retrasando el crecimiento mundial, genera inestabilidad y debilita a Gobiernos", comentó.