Los profesionales de terapia intensiva están desde hace casi 18 meses al frente de la primera línea de la pandemia de coronavirus. No son los únicos dentro de los trabajadores de la salud, pero sí los que atienden a los pacientes críticos, que muchas veces no logran superar la enfermedad. Frente a la baja en la cantidad de casos, la buena para los trabajadores del sector es que el Ministerio de Salud de la provincia les concedió la posibilidad que desde agosto a diciembre puedan tomarse 10 días de descanso. Por eso todos los equipos están turnándose para tomar estas mini vacaciones.

“Creo que eso va a ayudar, pero es muy individual de cada hospital y cómo se puede aplicar, hay lugares donde se pueden ir de a dos o tres, en nuestro caso en el Centenario, tenemos que dar de a uno y en un tiempo más prolongado”, precisó Federico Fiorilli, coordinador de las Unidades de Terapias Intensivas de la provincia, en comunicación con Si 98.9.

Además afirmó que la situación de su sector hoy está descomprimida lo que hace que  haya menos tensión para los equipos de trabajo. “Se sigue muy cansados, pero sin afectar la actividad cotidiana”, señaló.

Este entretiempo es porque en la realidad cotidiana empieza a bajar la patología por coronavirus, pero no lo suficiente para volver al estado de prepandemia. “Lo que pasa es que cuando se abre la circulación aparece la patología no covid y se da esta combinación con los casos de coronavirus, con mucha tarea, pero creo que es la dinámica de la pandemia que ya no enseñó”, apuntó el galeno.

De todos modos, aclaró que todavía no se salió de la crisis sanitaria, que hay un ingreso constante de pacientes afectados por la pandemia. Como ejemplo citó al Hospital Centenario, donde hay 38 camas de terapia intensiva y 14 las ocupan pacientes con coronavirus. “Es muy dinámico, cuando la ola avanza te ocupa todo el coronavirus y cuando hay aperturas aparecen otras patologías”, admitió Fiorilli.

Luego dijo que en esta segunda ola hubo mejores resultados de las prácticas médicas en cuanto a la mortalidad, que en la primera etapa de la pandemia había mucho desconocimiento porque fue todo de golpe y hubo que hacerse cargo de la situación imperante. “Aprendimos muchos y tenemos nuevas herramientas, pero cuando la patología ataca fuerte sigue siendo igual, son casos de extrema gravedad”, reconoció.

Por ultimo sumó su mirada sobre las consecuencias de la variante Delta que, como sostienen muchos de sus colegas, es extremadamente contagiosa, con un poder de propagación diez veces superior a sus antecesoras. “Una cosa es la variante Delta en una población no vacunada y otra cosa es en la población vacunada con dos dosis. Si esto es así habrá mucho contagio pero poca patología critica, pero esto es solo una hipótesis”, analizó sobre el futuro cercano de la pandemia.  

Terapistas Cansados

A finales de julio, una encuesta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) reveló que el 39% de los profesionales consultados dejará o piensa en retirarse de la especialidad cuando el mundo logre superar la crisis sanitaria. Los motivos son varios y no siempre tienen que ver con la enfermedad sino principalmente con las condiciones en las que deben enfrentarla, según reveló la encuesta de la que participaron 138 UTIs, con un total de 2858 camas de todo el país.

La secretaria general de Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra) en la provincia de Santa Fe, Sandra Maiorana, en dialogó con el programa Punto y aparte en Sí 98.9, dio en aquella oportunidad su opinión sobre las malas condiciones en la que prestan servicio los trabajadores de esta especialidad. Según precisó, los datos de la encuesta fueron elocuentes, pero que este "es un problema de larga data que con la pandemia logró visibilidad y se agravó notablemente". 

“La crisis de esta especialidad médica es tal que desde hace mucho tiempo, cuando se rinde para los cargos de residencia, muchas veces no se logran cubrir por falta de postulantes, ya sea en terapia de adultos como pediátrica”, aseguró entonces la médica a cargo del sindicato.