Por Diego Paillole (*)

Argentina ya supera el millón de casos de coronavirus y los interrogantes, cuestionamientos, peleas en todos los medios nos llenan de confusión e indiferencia.

Ellos siguen día a día y sin descanso poniendo el pecho a cada uno de nosotros, sin juzgarnos, sin preguntarnos, sin cuestionamientos, sin rencores. Hacen su trabajo bajo un esfuerzo sobrehumano.

Esos “ellos” ya no solo son los trabajadores del sistema de salud, sino también los pacientes que padecen esta pandemia. Ahora, ¿nosotros cuándo perdimos la empatía?

¿Cuándo pasamos de aplaudirlos a llenar bares y gimnasios, parques y reuniones? 

¿Cuándo perdimos la conciencia social? 

¿Cuándo dejamos de priorizarnos como sociedad y nos priorizamos individuamente?

Hoy todos conocemos a los que mueren, a los que se enferman, a los que cuentan su calvario y a los que casi ni se dieron cuenta. Ya nadie niega la enfermedad, las fabulas de conspiraciones mundiales, los quema barbijos, los anti todo, solo pueden generar confusión.

Hoy el tiempo nos dio un baño de realidad. El mismo baño que día a día se da en cada hospital, samco, sanatorios, etc, desde marzo.

Pero ya no los aplaudimos. ¿En qué nos convertimos como sociedad? O mejor pensar si son los que le echan la culpa de todo a los demás. ¿En qué nos convirtieron? Si así te gusta más.

Dostoievski plantea en una de sus obras que la enfermedad o el dolor es el fin de una hipocresía. Y la inutilidad de la queja, para transformar el sufrimiento.

Tal vez el virus desmanteló una sociedad sin empatía, sin compromiso con el otro, solo con lo que es “mío”.

Un virus que impide respirar libremente, que hace doler todo el cuerpo.

Un virus que parecía que no estaba, y se expresa socialmente en un pedido solidario, de compromiso, de pensar en el otro.

Virus y cuarentena fácil de transitar para algunos sectores, y muy difícil para otros que tienen que buscar día a día el oxígeno para vivir.

¿Podremos aplaudirnos a nosotros mismos?

El virus hizo lo que sabe.

¿Podremos como sociedad aprender cosas nuevas?

¿O solo esperaremos una vacuna y que todo siga igual?

(* Médico, director Samco Arteaga)