Este lunes, los concejales integrantes de las comisiones de Ecología, Servicios Públicos y Gobierno, mantuvieron una reunión con el secretario de Ambiente y Espacio Público, Diego Leone, para tratar la modificación de la ordenanza 8.335, más conocida popularmente como Basura cero, como el objetivo de “reducir la generación y disposición de residuos sólidos urbanos”.

El Ejecutivo que tiene grandes intenciones que el proyecto salga favorable propone entre sus puntos centrales la inclusión del concepto de “economía circular”, además de las cinco estrategias principales que pretende: reducción de generación de residuos, incorporación paulatina se servicios de recolección diferenciada y alternada, incremento en la cantidad de residuos que reciben tratamiento, acompañamiento a grandes generadores para sumar mayor separación en origen, y favorecimiento de la tarea de los recuperadores para alcanzar “condiciones más justas del mercado de reciclables”.

Sobre estos ítems Leone manifestó con preponderancia, “la necesidad de trabajar con los recolectores urbanos para lograr mejores condiciones de trabajo”. Además, fundamentó la inclusión de una nueva grilla de plazos que reemplazará a la dispuesta en la ordenanza anterior.

“Antes solo medíamos los que enterrábamos, ahora proponemos medir otras cuestiones vinculadas a la generación, la separación y la recuperación de las tres corrientes de residuos más grandes como plásticos, vidrio, papel y cartón, además de la población servida en la corriente de residuos orgánicos”, dijo en relación a los nuevos parámetros que se incluirán en las mediciones. Las metas serán a 20 años

Según explicó, dentro de las nuevas obligaciones para el municipio se incluye la obligatoriedad de separación por lo tanto se deberá contar con la correspondiente infraestructura en vía pública, además de profundizar políticas de recuperación. “En cuanto a los plásticos de un solo uso estamos trabajando y proponemos que, a meses de promulgada la norma, tendremos que tener un plan consensuado con los productores para reducirlos, aunque el objetivo es eliminarlos”.

De los concejales que participaron de la reunión y escucharon al Secretario, Eduardo Toniolli del Movimiento Evita, consideró que si bien es importante informar sobre los residuos generados “también se debe informar sobre los que se entierran”. Por eso, insistió para que los datos sobre la disposición final “estén incluidos” dentro del texto de la ordenanza.

También cuestionó el articulado en lo que respecta a “los factores de corrección que deben ser más clarificados en cuanto al proceso”. Sobre otros aspectos en la redacción de la norma, señaló: “La comisión de seguimiento no debe quedar para la reglamentación. Para nosotros, debería ser mucho más clara, para que no sea una ordenanza móvil y que cada Ejecutivo que asuma luego pueda modificarlo”, apuntó.

Por su parte, Carlos Cardozo del PRO  hizo una salvedad en la reducción de plásticos de un solo uso en los que viene trabajando la comisión. “Tanto al sector obrero como a las empresas, la palabra eliminación le está generando ruido”, dijo en referencia a los 6 meses que se estipulan luego de la reglamentación de la norma en un claro apoyo al sector empresario.

En continuidad, Leone sin dudar le respondió al edil macrista que “la eliminación de plásticos es un concepto hacia dónde vamos” y acotó que en seis meses “se deberá contar con un plan para determinar los plazos ya que algunas cuestiones serán más fácil de reducir que otras”.

El rol de los recuperadores

Quien manifestó una clara preocupación por la “nula” participación de los recuperadores en la cadena de valor de los residuos fue la edila de Ciudad Futura Caren Tepp, que además propuso una modificación sobre el rol de estos trabajadores dentro de la estrategia para lograr los objetivos que se persiguen. A la vez cuestionó al Ejecutivo por considerarlos a dichos trabajadores dentro de “una escala menor”, y expresó a continuación que si no se evalúa en rol protagónico de este sector “vamos hacia un nuevo fracaso”.

“Como municipio seguimos dependiendo de las grandes empresas recolectoras, cuyo negocio no es la recuperación sino la disposición final”, lanzó la concejala. Además de valorar a los recuperadores, en ese caso como un sector importante de la economía popular.

En esta ida y vuelta con los concejales Leone le respondió a Tepp sobre los alcances de la norma y aseveró que no se está haciendo lo mismo que en los años anteriores y que la idea es que el Estado municipal es mejorar la situación de trabajadores que son explotados. Fundamentalmente explicó que estas medidas se llevarán delante a través de los centros territoriales en que puedan trabajar con mayor dignidad, con la opción de poder comprarles a precio justo lo que recolecten.  

Hacia el final, Rueda consultó sobre las estrategias sobre residuos informáticos, sobre todo en tiempos en los que registra un mayor consumo de insumos por los avances en la tecnología. Leone se refirió a los programas de recolección que se están llevando a cabo, y que incluyen intervenciones de organizaciones y empresas como Nodo Tau, sobre la recuperación. Ferrero, opinó que la separación en origen tendrá un impacto en los cambios de hábitos de la sociedad e insistió en la necesidad de sumar más infraestructura en ese aspecto.

Además participaron de la exposición los concejales Germana Figueroa Casas, de Juntos por el Cambio, Lisandro Zeno, del Partido Demócrata Progresista (PDP), Roy López Molina y Agapito Blanco, de Cambiemos, Marina Magnani, de unidad Ciudadana, Fabrizio Fiatti, de Creo, Fernanda Gigliani por Iniciativa Popular; Renata Ghilotti de Propuesta Republicana, Pedro Salinas y María Luz Olazagoitía de Ciudad Futura-FSP y Verónica Irizar del bloque Socialista.

La historia de Basura Cero

En noviembre del 2020 se cumplieron 12 años de la aprobación unánime de la ordenanza Basura Cero, impulsada desde las organizaciones socioambientales. Esta norma significaba un gran paso para la ciudad ya que se dejaría de lado la estrategia de enterrar residuos en Ricardone, sin embargo nada de eso pasó, además se incrementaron los volúmenes de residuos que se entierran en el relleno sanitario del Cordón Industrial.

Lamentablemente de lo que se entierra en la ciudad de Rosario, el 80% es material recuperable. El relleno recibe anualmente 300 mil toneladas, que en el momento que la ordenanza vio la luz era de 230 mil.

En medio de la pandemia y con los órganos legislativos a medio andar, el año pasado agrupaciones ambientalistas le hicieron saber su preocupación al intendente Javkin a quien le entregaron una nota donde establecen diez propuestas similares a las que se discuten hoy en el Concejo en comisiones.

Este pedido incluye aspectos como la separación en origen, la integración de cartoneros; estrategias de reducción; el fortalecimiento de la economía social; el desarrollo del compostaje y la participación ciudadana, entre otros puntos. La  nota llevó la rúbrica  del Taller Ecologista, El Paraná no se Toca, la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores, Grupo Ecologista Génesis, Grupo Obispo Angelelli, Jóvenes por el Clima Rosario, STS Rosario, Taller de Comunicación Ambiental y Viernes por el Futuro Rosario.