La mayoría de las actividades diarias de la población - cargar el celular, cocinar, movilizarse en auto o transporte público, ver la televisión, etcétera - son tareas que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero; así como también, y en mayor medida, las industrias emiten gases de este tipo durante la fabricación, el transporte o el consumo energético. El rastro de gases de efecto invernadero (GEI) que las actividades productivas, económicas y cotidianas del ser humano generan puede ser cuantificado a través de un indicador ambiental: la huella de carbono. Este indicador ambiental mide las emisiones directas e indirectas a la atmósfera de gases como el metano (CH4), el óxido de nitrógeno (N2O) y el dióxido de carbono (CO2) -el más abundante-.

Ricardo Bertolino, director ejecutivo de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático, explicó en una entrevista con Leo Ricciardino por Sí 98.9 cómo cada uno puede bajar su huella de carbono. “Hoy se produce para una población creciente, con más ganadería y cultivos que generan un aumento de los gases. Pero además tienen que ver las actitudes que tenemos cada uno de nosotros, por eso es muy importante ver cómo producimos y consumimos antes del 2030, que es la fecha que estableció Naciones Unidas. Nos quedan apenas ocho años para revertir esta situación que no sabemos dónde puede terminar”, señaló el especialista.

El ciudadano global promedio posee una huella de carbono equivalente a la emisión de 4,8 toneladas de dióxido de carbono por año. Sin embargo, esa cifra es de aproximadamente 13 toneladas para un británico y aproximadamente 21 toneladas por persona en Estados Unidos. En Argentina, la huella de carbono per cápita es cercana a las 5 toneladas de CO2 equivalentes.  

Bertolino aseguró que puede evitarse una catástrofe utilizando otros modelos de energía, como el sol. En ese sentido dijo que este tipo de tecnologías requieren un buen caudal de mano de obra y que un modelo de cuidado de ambiente no es anti producción, es decir que “nadie quiere volver a la era de las cavernas”, pero tampoco “se debe seguir promulgando un modelo de acumulación de unos pocos en detrimento de las mayorías. Tenemos que empezar a elegir cómo vamos a consumir y producir en cosas muy simples”, expresó.  

En cuanto al uso de energías renovables detalló que hoy con los costos que tiene la energía fósil y otras no renovables se abre un panorama bueno para el cambio tecnológico que incluso sus precios se vuelven accesibles y se ponen al alcance de muchas más personas, así es cuando la ecuación de vuelve más lógica para la inversión.  

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#EstamosDeVuelta - Ricardo Bertolino by Sí 989