La contaminación de la Reserva Natural de Villa Gobernador Gálvez es una situación conocida por gran parte de la población de esa zona. Uno de los focos contaminantes más visibles, es un zanjón que recorre el lugar y por el cual grupos ambientalistas están llevando a cabo una vigilancia.

La docente en biología y miembro de la asociación civil  Amigos de la Reserva de Villa Gobernador Gálvez, Florencia Ansaldi, brindó al aire de Si 98.9 detalles de la difícil situación del paraje, además de los resultados de un estudio que llevaron adelante el cual arrojó datos preocupantes. “En ese curso de agua no hay vida”, reveló la militante ecologista.

Ansaldi explicó luego que esto sucede desde hace muchísimo tiempo, pero que con la cuarentena y la falta de controles “se agravó la situación”. Uno de los llamados de alerta para los ambientalistas fue la vistosa espuma blanca tanto sobre el zanjón como en la cuenca del arroyo Saladillo.

Si bien no pudo aseverar si estos residuos corresponden a una o varias plantas industriales, ni dar el nombre de los culpables, aseguró que a simple vista y sin la necesidad de grandes estudios puede notarse la contaminación, además de sentir el pestilente olor que emana este curso de agua.

El caso requirió la intervención del Ministerio Público de la Acusación (MPA) a través de la fiscal María Laura Martínez, quien lleva adelante el caso y el seguimiento del origen del daño ambiental, poniendo el foco en las industrias y empresas de la zona.

Las muestras que hicieron desde la asociación fueron del suelo cercano al canal y también de sus aguas. Éstas arrojaron resultados positivos sobre una serie de contaminantes, tanto biológicos como industriales. Se trata de bacterias coliformes con exceso de materia orgánica que su valor límite para efluentes cloacales de 5000 NMP/100 m y ácido sulfúrico, un compuesto químico extremadamente corrosivo muy utilizado en la industria petroquímica

En tanto, el agua del zanjón arrojó como resultado valores de 4,6 millones, lo que equivale a 91 veces más que lo permitido para una cloaca, es decir que hay 90 veces más bacterias de excremento fecal que las permitidas, además del olor a químicos, la espuma blanca y algas con grasa, lo que denota también el depósito de residuos industriales.

Tal zanjón es un aliviador pluvial de la vecina cuidad que recorre más de 1500 metros dentro de la Reserva, un área protegida de gran biodiversidad. Este nace al oeste de Avenida San Martin en Rosario y desemboca en el arroyo Saladillo para luego incorporarse al Rio Paraná, por lo tanto sus residuos tienen como destino final estos dos cursos de agua importantes para la vida de muchísimas personas.

Florencia Ansaldi (Asoc. civil Amigos de la Reserva) en #PoneleQueSi by Sí 989

La intervención de la Legislatura 

Mónica Peralta, integrante de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputadas y Diputados de Santa Fe, recorrió́ la semana pasada la zona junto a las y los jóvenes que forman parte de la Asociación de la Reserva Natural, para sumar esfuerzos en su conservación y denunciar el alto grado de contaminación actual del zanjón y del arroyo Saladillo.

Peralta preocupada por la situación presentó un proyecto en la Legislatura donde solicita que se investiguen las continuas denuncias por contaminación en dicho paraje del arroyo Saladillo. El reclamo de la legisladora tuvo visto bueno y fue acompañado por sus pares de la Cámara

“Es fundamental que el Ministerio de Ambiente avance en establecer líneas de investigación a fin de identificar y sancionar a los responsables de verter efluentes contaminantes. Lo que ocurre en el arroyo Saladillo es perjudicial para la salud de las personas y daña el medioambiente. El olor es nauseabundo e irrespirable”, expresó la diputada del Frente Progresista.

El requerimiento de Peralta es exigir al Ejecutivo provincial  controles a través y del Ministerio de Ambiente. “Es necesaria su intervención para verificar lo que está sucediendo, sobre todo en el control de las empresas e industrias de la zona”, agregó.