En mayo finalizará la concesión del servicio de recolección de residuos, al cabo de sucesivas prórrogas dispuestas por el Ejecutivo, que hasta ahora no ha dado señales de que vaya a enviar un nuevo pliego al Concejo para llamar a una nueva licitación. Se trata de un contrato de 6 mil millones de pesos para dos empresas que se reparten la geografía urbana (norte y sur), más la estatal Sumar, que recoge la basura del centro a $500 millones de presupuesto.

Organizaciones ambientalistas ocupadas en la materia presagian que la administración Javkin no haga más que continuar lo que el Frente Progresista ha hecho en el tema: continuar con el enterramiento en relleno sanitario y no avanzar en la separación en origen, tal como manda el plan Basura Cero. Precisamente, la nueva licitación del servicio debería incluir el objetivo de ese plan, que fue caballito de batalla de las sucesivas gestiones socialistas en la Intendencia, y que terminó naufragando.

La entrega del pliego viene con sus retrasos, porque debía presentarse al Concejo en noviembre pasado. La oposición en el Palacio Vasallo estima que esta puede ser una nueva jugada del oficialismo para extender la prórroga por un año más.

"Este modelo de gestión de los residuos no funciona"

Mirko Moskat, coordinador de Educación Socioambiental del Taller Ecologista, confió a Rosarioplus.com que “es posible que con el nuevo pliego se mantenga el sistema actual” en cuanto a los servicios, ya que no se plantean grandes cambios, y si bien se sostiene que habría mayor separación, “no se dice cómo se hará ya que básicamente el esquema del servicio será el mismo”.

“Este modelo de gestión de los residuos no funciona. Hoy el 70% de la ciudad tiene como estrategia principal los contenedores de residuos, y eso hace que cualquier estrategia de separación sea muy difícil de llevar a la práctica”, resumió.

Desde el Taller Ecologista admiten que el gran contenedor en la calle es una forma totalmente anónima de dejar los residuos que se producen y eso conspira contra cualquier sistema de control. Por ejemplo, hoy el sistema no puede detectar si alguien arroja un residuo no reciclable en un contenedor naranja, que es para desechos de separación.

Se calcula que en Rosario hay unos 10.000 contenedores para residuos mezclados (verdes), unos 500 para residuos separados (naranjas) y 800 que están dentro de diversas instituciones como escuelas, clubes, hospitales, entre otros.

Al decir de Moskat, el modelo actual no funciona como separación en origen, y así las cosas sugiere volver al formato de canastos en altura. No tan lejos, en la ciudad de Rafaela se implementa con un sistema puerta a puerta de separación en origen. “Lo que pasa con los canastos en altura es que está frente a una vivienda, donde es perfectamente detectable de dónde viene esa basura. Está más individualizado quién es el generador de ese residuo”, señaló.

El problema es que los residuos orgánicos, que representan el 50% del total de las deposiciones, se comenzaron a recolectar recién en 2017 con la implementación del programa Barrios Verdes. Hoy en día ese compost que se elabora en la planta de Bella Vista es con basura que llega mezclada, es decir, que no se separó en origen, por lo cual su calidad es muy baja. Vale decir que de 100 toneladas de material reciclable que se recolecta en la ciudad solo se puede reutilizar el 2%, ya que muchas veces llega a destino final sucio, mojado y con una pérdida notable de calidad.

El intendente Pablo Javkin ha declamado que su intención este año es disminuir la cantidad de residuos que se envían al relleno sanitario de Ricardone, y concientizar a la comunidad para que separe sus residuos y caminar a un sistema de recolección sustentable. Los ambientalistas son escépticos al respecto porque la ciudad está demasiado recostada sobre la lógica del enterramiento. Hoy se entierran más de 800 toneladas diarias, a un costo promedio de 3 millones de pesos. 

“Creemos que la educación es importante, pero también se debe generar un sistema que vaya en el mismo sentido porque si vos le decís a la gente que separe, pero tenés en la ciudad un montón de contenedores con residuos mezclados y unos pocos para tirar residuos separados, pero sin controles, el servicio de esa estructura está dando un mensaje contrario al que vos querés dar”, lamentó el referente del Taller Ecologista.

Un sistema diferencial contempla incentivos para los vecinos meritorios. La modalidad en Rosario no cuenta con ningún estímulo, y todo tiende a que la gente no termine de asimilar la necesidad y conveniencia de separar en origen. Tampoco nadie la controla ni sanciona.

Basura Cero, un viejo oxímoron 

Tras el fracaso del proyecto de Basura Cero, a mediados del 2021, el Palacio de los Leones planteó la modificación de esta ordenanza y marcó nuevos plazos hasta el año 2040. El objetivo original, en 2006, era el compromiso de reducir los envíos a relleno sanitario de manera paulatina hasta llegar a 2020 con emisión 0. Para 2017, cuando ya había que reducir los envíos al 50%, en realidad el volumen se había duplicado. 

Las organizaciones ambientalistas siguen solicitando la profundización de un plan de eliminación de plásticos de un solo uso, la separación en tres fracciones y la creación de un "servicio público de recuperación de residuos". Eso pone en relevancia la generación de estrategias para avanzar en esquemas cooperativos con sector de los cartoneros, potenciando a la vez la recolección diferenciada. Presentaron esta propuesta en 2017 al Concejo y se lo rechazaron; ahora lo reingresaron.

Sobre esta problemática, Juliana Muchiut, referente del Movimiento de Trabajadorxs Excluidxs, (MTE) señaló a Rosarioplus.com que este nuevo pliego excluye a los recicladores, a pesar de que hay experiencias vigentes como una prueba de recolección diferencial puerta a puerta que desde hace dos años se lleva a cabo en el barrio Industrial. 

Muchiut planteó incluir en el debate el servicio pago de recolección de residuos de empresas, y el trabajo no reconocido de unos 3 mil cartoneros que realizan reciclaje con su actividad cotidiana. "Hay un reclamo histórico para que se los integre y se pueda formalizar su trabajo como el actor fundamental que son”, reclamó la referente y dijo que la realidad del servicio “es muy mala, que solo funciona a pocas cuadras de los bulevares”.

La trabajadora del MTE también atribuye el problema actual a falta de voluntad política. "Incluir a los cartoneros representaría el 2 por ciento del presupuesto municipal asignado al servicio", dijo.

Clamor de instituciones

Esta  iniciativa que se encuentra en la agenda del Palacio Vasallo fue ingresada con las firmas y adhesiones de las siguientes organizaciones: Taller Ecologista; Movimiento de Trabajadores Excluidos; Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores; Jóvenes por el Clima - Rosario; Fridays for Future - Rosario; Taller de Comunicación Ambiental; Grupo Ecologista Génesis; Soluciones Tecnológicas Sustentables; Grupo Obispo Angelelli; El Paraná No Se Toca; Conciencia Solidaria; Más Río Menos Basura; Graneleando; Greenpeace Rosario; Rebelión o Extinción - Rosario; Ínaco.