Este domingo se produjo una balacera contra la fachada de la iglesia María Reina en la zona noroeste de la ciudad. El ataque habría sido efectuado por narcotraficantes tras las denuncias realizadas por el sacerdote Juan Pablo Núñez. Religiosos de barrios populares emitieron un duro comunicado donde exigen “seguridad y justicia” a las autoridades.

“No podemos dejar de exigirle al Estado, SEGURIDAD Y JUSTICIA. Sabemos que esto no se logra atacando los eslabones más débiles del sistema delictivo, que con frecuencia son víctimas y no responsables, sino yendo a la raíz misma del problema, es decir,a las organizaciones que sustentan este sistema de muerte”, señalan en el texto.

En tanto, subrayan que “la violencia se ha apoderado de nuestros barrios, y nos hace vivir, a chicos y grandes, en estado de alerta permanente a raíz de tiroteos, enfrentamientos, amenazas y robos. Esto está potenciado por la creciente tenencia de armas que se ha vuelto masiva en los domicilios y en las calles, y las aparentes complicidades que nos llevan a vivir en un estado de impunidad”.

“El más triste resultado de todo esto en la naturalización de la muerte en la que crecen nuestros chicos y la consiguiente falta de amor a la vida propia y ajena”, concluye el comunicado titulado "Felices los que trabajan por la paz" que fue leído este mediodía por un grupo de sacerdotes en la parroquia de México al 1000 bis.

La investigación

Según los primeros indicios, las responsables del ataque habrían sido dos personas que circulaban en motocicleta y al pasar frente a la capilla  María Reina y a la puerta de ingreso del Colegio Paulo VI, ubicado en la verde de enfrente, realizan una serie de disparos de arma de fuego contra la fachada de ambas instituciones.

En total se registraron 12 disparos que dejaron 7 impactos en la fachada de la Iglesia y 5 en puerta de ingreso del colegio Paulo VI. Los responsables aún no fueron identificados, aunque, desde fiscalía aseguran que hay líneas de investigación concreta sobre la motivación del ataque en base a las cuales se libraron medidas para la identificación de los autores.

La principal hipótesis es que el ataque habría sido en represalia a las denuncias que viene realizando el párroco contra la venta ilegal de estupefacientes que se realiza en el barrio.