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“Soy una especie de Forrest Gump”, sorprende el mediático abogado penalista Carlos Varela al autodefinirse. Es que, sentado en la reposera del patio de Grupo Plus para una nueva entrevista del ciclo Pavada de verano, asegura que fueron “casualidades” las que lo llevaron a ejercer el derecho penal. Es apenas una de las tantas frases que dejó flotando en una de las tardes más calurosas del verano rosarino.

Carlos Varela en Pavada de verano

El famoso penalista Carlos Varela, visita los soleados estudios de Sí 98.9 y Rosarioplus.com

Publicado por Radio SÍ en Martes, 21 de febrero de 2017

Para Varela, ser hoy uno de los abogados más conocidos y mediáticos del fuero penal tiene que ver, entre otras cosas, con la suerte, en la que cree “mucho”. “Podés poner lo mejor de vos pero si no existe esa cuota de suerte nada va a provocar una acción”, explica su concepto. 

El mediático abogado también reconoce que “a medida que vas avanzando en esta carrera por cuestiones relativas al éxito o la repercusión mediática, te empiezan a buscar clientes con causas más complejas, donde los triunfos son más difíciles de obtener”. Acepta que, esos casos, “muchas veces nos conformamos con el empate”. Allí desliza una crítica al poder político: “Cuando mayor complejidad tiene una causa, aparece un actor en esa escena hipotética que vuelca la cancha para un solo lado, que es el gobierno, la política. Una administración nacional o provincial que cuenta con inagotables recursos provistos por el Estado hace que todo sea más difícil, con menos posibilidades de éxito”, afirma.

¿Por qué Varela parece ser siempre el “abogado de los malos”? El letrado no le escapa al bulto y aunque aclara que en su estudio tienen representaciones de víctimas, se siente “más cómodo” representando a los acusados. Es que sostiene que en la sociedad argentina “cuando se lanza una acusación se transforma en culpable, y cualquier cosa que diga esa persona no va a ser aceptada si no es la propia confesión de eso que se le acusa”. 

Y aunque dice saber que eso “genera una profunda irritación en la gente”, se lamenta de que “un tipo que roba una cartera en la peatonal genera más rechazo que uno que se roba mil millones de dólares”. En ese sentido, critica que “las personas que tienen poder ni siquiera son señaladas o imputadas, no necesitan forzar ni tener tráfico de influencias”.