Jesica Lavia es nutricionista especializada en educación alimentaria integral, y tras viralizarse una discusión en redes sociales sobre la gordofobia, escribió junto a la periodista Paula Giménez el libro Pese lo que pese, contra la hegemonía del cuerpo ideal.

Los periodistas de Hoja de Ruta en Sí 98.9 quisieron saber sobre su mirada nutricional por fuera de los cánones tradicionales, y dialogaron con ella en un ‘consultorio radial’. Para comenzar, Lavia estableció: “Vivimos en una sociedad gordofóbica, y por eso medimos todo con el peso en la balanza en vez de mirar cómo alimentarnos sanamente. En los niños cuando vemos a uno que no es gordo pensamos que entonces come bien, aunque en realidad quizás come ultra procesados y golosinas, por lo que hay que correr la mirada peso-centrista de la salud, ya que los estereotipos en vez de acercarnos nos alejan de la vida sana”.

La especialista aseguró que “la mayoría de las mujeres que asisten a la consulta quieren pesar menos manteniendo una vida saludable por los estereotipos inalcanzables, y las redes lo potencian con sus filtros, porque fíjense como éstos ahora sacan poros, estrías, arrugas. Estas exigencias pueden traer trastornos alimentarios o depresión”.

Durante la pandemia por ejemplo, la Sociedad Argentina de Pediatría observó un aumento de casos de anorexia en los adolescentes, y Lavia recordó que “al comienzo de la pandemia se vieron muchos memes y chistes gordofobicos. Si bien la Ley de Talles avanza, y la salud es un derecho, muchas cosas no cambiaron todavía”.

La ley de etiquetado es otro avance fundamental, así como la educación nutricional para tener una relación más sana con la comida. “Las personas gordas son el chivo expiatorio de la salud porque es lo evidente, pero a todos nos hace mal comer azúcares en exceso. Hay una enfermedad silenciosa con eso, y por eso es importante que se aprenda a ver cada etiquetado, ya que a las personas flacas también se las estigmatiza y se las deja alimentarse muy mal, y eso tiene consecuencias en un futuro”.

Hace unos años se conocía una estadística que decía que nueve de cada 10 personas sufren trastornos alimentarios. “Hoy la brecha es más chica pero sabemos que sigue siendo mayor en las mujeres, porque seguimos viviendo en la hegemonía machista, con el rol de la mujer como portadora de belleza”.

Para ella “todos deberíamos consultar a un nutricionista porque depende cada persona que nutriente le falta, si su problema es con el sueño. En ese chequeo anual es bueno evaluar la composición corporal”.

“La clave está en no prohibirse un antojo, decidir qué postre uno quiere disfrutar si va a un cumpleaños, pero comer la cena decidiendo no reventar después. Conectar con el placer y el disfrute, y es importante sumar verduras, frutas, vino, y se puede tomar alcohol pero no en exceso, una copita de vino”.