El arquitecto rosarino Jorge Mario Jáuregui es reconocido a nivel mundial por el proyecto "Favela Barrio", desarrollado en Río de Janeiro, cuyo objetivo fue la urbanización de áreas marginales de esa ciudad brasileña. En diálogo con Hoja de Ruta, en Sí 98.9, hizo un repaso de un carrera y esbozó algunas ideas para Rosario: "El tema es qué ciudad somos capaces de imaginar, ahí esta el desafío. Hay que darse el lujo de fantasear", aseguró.

"Pasé de militante político técnico en Argentina a militante técnico político en Brasil, un militante de la cuestión socio espacial contemporánea y continúo con los mismos ideales, la lucha por un mundo más justo. Eso no termina nunca y menos en América Latina", comenzó diciendo.

Y continuó: "Mi trabajo con el urbanismo y la arquitectura comenzó antes de Lula, Cesar Maia (alcalde de Río durante tres períodos), quien lanzó dos programas super importantes: uno para urbanizar las principales avenidas de las principales ciudades y 'Favela Barrio'. donde pudimos intervenir en las áreas informales. Lula permitió pasar de la escala y media a la grande y extra grande, y las inversiones que propició permitieron intervenir en el conjunto de favelas. Hoy actúo en las cuatro escalas simultáneamente".

Sobre su trabajo en la Rocinha, una de las favelas más grandes de Río, contó: "Además de la infra, de todo lo que va por el suelo, también trabajé por arriba con la iluminación pública para garantizar la seguridad del ciudadano, iluminando adecuadamente las calles pequeñas y también la principal que conecta la favela con los barrios. En esa calle puse toda la potencia lumínica e iluminé el morro, que junto con el Cristo y el Pan de Azúcar balizan la ciudad. Al iluminar las piedras desde abajo crean un nuevo paisaje en la noche".

En relación con su proyecto para Rosario, el urbanista señaló que "se podrían iluminar varios puntos en distintos barrios y no necesariamente usar el Monumento. El led banaliza todo lo que toca. Eso está claro en Las Vegas, donde hay una serie de fragmentos que flotan en un mar de nada". 

Asimismo, el arquitecto sostuvo que en la ex cárcel de mujeres se podría emplazar "un gran centro de generación de trabajo y renta", tras asegurar que los "grandes atractores de urbanidad son los lugares de encuentro de las diferencias, todo lo que falta para combatir la violencia y la desconfianza entre los ciudadanos". "Hay que crear puntos de convergencia estructurados a través del trabajo. Eso es lo que puede desmontar los imaginarios negativos. El intercambiador trabajo es un elemento fundamental", cerró.

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Hoja De Ruta by Sí 989