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Faltan once días para el clásico rosarino, un partido con más morbo del habitual por la complicada situación que los equipos de la ciudad atraviesan en relación al promedio. Diego Cocca, acostumbrado a repetir formaciones en Rosario Central, puede verse obligado a cambiar si Lucas Gamba no se recupera de una molestia muscular. En esta nota, algunas opciones que el entrenador podría contemplar.

El esquema no se toca

Si Cocca opta por mantener el 4-4-2 que lo acompañó desde el inicio del campeonato (más flexlbie con Lovera, quien se tiraba atrás para tomar la pelota) la opción más sencilla sería la de utilizar a Sebastián Ribas como acompañante de Claudio Riaño.

Claro que el uruguayo es muy diferente a Gamba y el funcionamiento ofensivo de Central se vería alterado más allá de continuar con el mismo dibujo táctico. Con el ex Lanús en cancha, Riaño tendría que hacer el sacrificio de moverse por todo el frente de ataque, función que puede cumplir con algo de sacrificio pero que no es habitual para él.

Ahora bien, si el entrenador ordena que los dos centrodelanteros se estacionen en el área del rival para jugar mano a mano contra los marcadores centrales, el Canalla podrá optar por jugar directo, con centros largos de Rius, Molina, Gil o Zabala.

Uno por afuera, uno por adentro

Aunque no luce, Riaño ya acumula dos goles en la Superliga y eso es mucho decir. Con Lovera o Gamba como laderos, el rubio se las ingenió para convertir y no sería para nada descabellado que el entrenador decida mantenerlo como centrodelantero y buscarle un nuevo socio.

Ciro Rius bien podría adelantarse unos metros en el campo de juego. Desligarse de la responsabilidad de recorrer todo el andarivel derecho para pasar a ser un segunda punta que alterne a lo largo del partido entre una banda y otra.

Si esto ocurre, Cocca tendrá que buscar otro mediocampista externo, y al alcance de la mano cuenta con dos opciones potables: Jonás Aguirre y Nicolás Colazo. Si el entrenador opta por cualquiera de los dos zurdos, Diego Zabala podrá por fin correrse a su posición habitual de volante por la derecha. 

Más juego en el medio

No es extraño que al Central de Cocca le falten ideas para construir en la mitad de la cancha. El pasado fin de semana, en el primer partido sin Lovera, el equipo quedó largo, con sus componentes desconectados. La posible baja de Gamba abre la posibilidad a ensayar un nuevo esquema de juego.

El entrenador le ha dado varios minutos al zurdo Joaquín Pereyra y muchos menos a Néstor Ortigoza, pero cualquiera de los dos cuenta con las características necesarias para saltar al campo de juego y aportar juego corto o largo. Hoy esa responsabilidad suele recaer exclusivamente en Gil, un jugador con muchas aptitudes pero que necesita socios. 

Con el ingreso de un mediocampista extra, Central dibujaría un 4-1-4-1 capaz de instalarse en campo rival con la pelota en los pies.