El compositor español Luis de Pablo, participante de la llamada Generación del 51, que buscaba a mediados del siglo XX y durante el franquismo un acercamiento de la música de vanguardia europea, y famoso por sus bandas sonoras para filmes de Carlos Saura y otros cineastas, falleció en Madrid ayer, a los 91 años.

Nacido en Bilbao en 1930, desempeñó una labor pionera en la difusión de la música culta contemporánea en España y fue el creador del primer laboratorio de música electroacústica en la península.

Sin haber dejado de estudiar música terminó la carrera de Derecho en 1952 y dos años más tarde hizo sus primeras composiciones significativas: “Invenciones” y “Comentarios”.

Luis de Pablo. A contratiempo.

Su vínculo con el cine comenzó en 1960, cuando le puso música al documental “Día de muertos”, de Joaquim Jordà y Julián Marcos, y más adelante trascendió por sus bandas sonoras para “La caza” (1966), “Peppermint frappé” (1967), “La madriguera” (1969) y “Ana y los lobos” (1973), todas de Carlos Saura.

Otros cineastas españoles eligieron su talento: Angelino Fons (“La busca”, 1966), Víctor Erice (“El espíritu de la colmena, 1973, y “El sur”, 1983, aunque no acreditado), Gonzalo Suárez (“Reina Zanahoria”, 1977), Jaime Chávarri (“A un dios desconocido”, 1977), Ricardo Franco (“Pascual Duarte”, 1978) y Emilio Martínez Lázaro (“Las palabras de Max”, 1978).