"El garante", la multipremiada miniserie de terror y suspenso sobre un enviado del Diablo que llega para cobrarse el alma de un psicólogo porteño, y que adelantó la sofisticación en las narrativas televisivas que llegaría con el cambio de milenio, cumplió 25 años de su estreno en Canal 9, instituida como un producto que fue "revolucionario" para el audiovisual nacional.

Así lo considera en charla con Télam su creador y director, Sebastián Borensztein, que aquel 13 de agosto de 1997 era un joven treintañero dando los primeros pasos en la ficción luego de trabajar por años en los programas de su padre, el recordado Tato Bores.

"Que tu primera ficción sea 'El garante' es fuerte, arranqué muy arriba", reconoce el también guionista y escritor sobre cómo lo posicionó la serie protagonizada por Lito Cruz y Leonardo Sbaraglia, acreedora al año siguiente de cuatro premios Martín Fierro, nominada por el mundo, reversionada luego en Chile y que hasta fue el primer producto de la televisión argentina adaptado como libro.

Pese a que nunca volvió al género de terror, su trayectoria continuó por la senda del reconocimiento, con series como "Tiempo final" (2000) o "Iosi, el espía arrepentido" (2022), y filmes como "Un cuento chino" (2011), "Kóblic" (2016) o "La odisea de los giles" (2019).

"El garante" es un caso paradójico: por un lado fue pionera en su estructura de 8 capítulos, precursora en el uso de los exteriores y acaso la última vez que el terror como género fue visitado con suceso en el prime time televisivo del país. Por el otro, sin embargo, parece ser siempre la gran olvidada a la hora de enumerar las mejores series argentinas de todos los tiempos.

Quizás pague el precio de haber llegado demasiado pronto, y por eso no se la agrupe con la rupturista "Tiempo final" -que trajo la idea del relato en tiempo real que luego se popularizaría con la norteamericana "24"-, "Okupas" (2000, de Bruno Stagnaro) o "Los simuladores" (2002, de Damián Szifron).

La trama de la serie, que desafortunadamente por el momento solo puede encontrarse en baja calidad en YouTube, debutó ese miércoles 13 de agosto ey no se tomaba ni un minuto en plantear el conflicto. Sin rodeos, para atrapar desde el comienzo, el personaje de Martín Rivera (Sbaraglia) acudía a un bar donde lo había citado un tal José Sagasti (Cruz).

Magnético, como si hubiera nacido para el rol, Sagasti borraba la sonrisa protocolar de las presentaciones y soltaba: "Su abuelo dejó una cuenta pendiente". Entonces, el joven psicólogo se enteraba de que por ser el primer descendiente varón debía pagar con su alma el acuerdo que su abuelo había sellado con Satán.

Incrédulo, desestima al hombre y decide continuar con su vida. Solo que con el correr de los episodios, Sagasti -él mismo apurado por el señor de los infiernos para cumplir con el mandado- comienza a poner en peligro la vida de sus seres queridos para que Rivera acepte voluntariamente entregar su alma.

Aquel juego del gato y el ratón contado a ritmo de suspenso con tintes de terror psicológico conquistó al público y a la crítica. Pero la serie que Borensztein escribió junto con Walter y Marcelo Slavich, que también tuvo la actuación de Eleonora Wexler, Luis Luque, David Masajnik, Luis Ziembrowski y Claudio Rissi, entre más, fue rechazada inicialmente por todos los canales y pudo no haber visto nunca la luz.

Por Nicolás Biederman para Télam