Esta semana, a sus 69 años de edad, murió el realizador audiovisual Jorge Coscia. Un hombre político que a lo largo de su carrera llevó a la pantalla grande los diferentes temas y dramas sociales que atravesaron cada época. "Mirtha, de Liniers a Estambul" estrenada en 1987 y emblemática a la hora de pensar en el exilio y la vuelta de la democracia en Argentina es un ejemplo de esto. La última de sus películas, La palabra originaria, estrenada en 2019, es otra muestra de este modo de pensar y hacer cine.

La palabra originaria, el documental que codirigió con la cineasta francesa Sabrina Saidj -disponible de manera gratuita en la plataforma Octubre TV-, muestra los logros de las comunidades originarias en la provincia de Formosa a partir de la Ley Integral del Aborigen.

La Ley N° 426 sancionada en el año 1984 abre un proceso intercultural de escucha y construcción en comunidad. La película la logística que lleva adelante el Ministerio de Educación de la provincia para poder contar con los materiales didácticos para una enseñanza intercultural, el trabajo de los Maestros Especiales de Modalidad Aborigen (MEMAs), quienes traducen a la maestra y educan en la propia lengua, el trabajo realizado en los centros de salud uniendo el conocimiento de las parteras tradicionales con el de los médicos, el trabajo de las cooperativas de mujeres y los equipos de rugby de las comunidades.

La cámara recorre las comunidades indígenas de las etnias qom, wichí y pilagá a través de los departamentos de la provincia. Los paisajes, exuberantes, selváticos, diversos, exhiben las mismas características que sus pobladores. Son estos mismos pobladores quienes integraron los equipos técnicos conformados a lo largo de 2018 para rodar el documental. Incluso la voz en off pertenece a la artista formoseña Charo Bogarín, cantante de Tonolec.

LA PALABRA ORIGINARIA . Documental sobre las comunidades Wichí, Qom y Pilagá

El trabajo sonoro de la película permite escuchar los susurros de la naturaleza, las melodías tradicionales y las lenguas que habitan el territorio formoseño. Todos estos sonidos le dan un canto especial a la película que acompañan la voz y la tonada tan particular de Charo.

El documental se inmiscuye en el trabajo intercultural, lo habita, lo muestra y no se apropia de él. Los protagonistas no dejan de ser los habitantes de estas comunidades con su trabajo. La cámara solo está ahí para dar testimonio de un trabajo que se viene realizando desde hace años en silencio (o acallado) y con constancia.

Esta cualidad de habitar lo silenciado para producir desde esos territorios y mostrar lo que en ellos se hace, es una constante que se replica también en la actividad política del cineasta, poeta, literato y artista plástico. Cuando entre 2002 y 2005, fue presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), el organismo recuperó la autarquía y logró implantar la Cuota de Pantalla para obligar a los cines a que muestren películas de producción nacional; y siendo Secretario de Cultura de la Nación traslada la sede de la Secretaría a la Villa 21 Barracas, siendo el primer caso de un área de gobierno con rango de Secretaría de Estado, instalada en una villa de emergencia.

El documental trae, como su nombre lo indica, la palabra originaria. Esta palabra no es la búsqueda de una verdad fundante, sino justamente la posibilidad de su permanencia y su porvenir gracias a una política asentada en la interculturalidad y en el encuentro con el otro, desde una mirada de lo común. Algo de lo que Coscia, desde su hacer artístico y político, dio testimonio.