El gobernador Miguel Lifschitz empieza a tener menos margen de maniobra en el conflicto gremial a medida que se acerca fin de año. Esta semana, estatales y maestros le hicieron la movilización más grande desde que comenzó su mandato, en demanda de la reapertura de las paritarias. A ellos se suman los municipales de toda la provincia que ya desoyeron una conciliación obligatoria argumentando que es el Ejecutivo el que incumple con la ley que lo obliga sí o sí a convocar las paritarias para el sector. Pero, amparado en las decisiones del gobierno nacional, Lifschitz obtura la posibilidad de conceder un mesa de diálogo por salarios y tampoco considera una posibilidad otorgar un bono de fin de año.

En este marco, las palabras de la secretaria general de Amsafé provincial Sonia Alesso sonaron amplificadas: “El gobernador va a tener que demostrar que forma parte de un gobierno diferente al nacional, que puede tener gestos diferenciados y una gestión más cercana al espacio progresista que dice representar”. Y la verdad es que, en muchos aspectos, esto no ha sucedido todavía. Es más, los principales esfuerzos de Lifschitz han pasado en gran medida por salir del cono de sombras en el que lo había colocado el presidente Mauricio Macri cuando le dijo que era el gobernador “que menos colabora con el gobierno nacional”.

Es bueno que el gobernador tenga buena relación con el Ejecutivo nacional, pero también es pertinente que busque en su gestión la forma de indicar que es parte de una alternativa política a la gestión macrista y no sólo para las elecciones.

Mientras sucedía la protesta de estatales, municipales y docentes, el gobierno santafesino decidió volver a publicar la inflación medida por el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos que conduce el veterano experto Jorge Moore. Hacía mucho tiempo que el Ipec no salía a relevar precios y lo que dio a conocer llamó la atención de todos: Una inflación mensual del 0.7% y una anual acumulada del 26.6%. Muy lejos del 2,4% mensual que dio a conocer el Indec esta semana y también del acumulado que la CGT ubicó en el 42%. Hay una explicación: La provincia decidió dar a conocer en noviembre sus mediciones sobre septiembre. Un aporte más a la confusión generalizada. 

De todos modos, es complejo el escenario de medir menos inflación que el resto del país, cerrar las paritarias para los estatales y después pedir aumentos del 34% para la EPE y de casi el 90% para Aguas Santafesinas. El fin de año no vendrá fácil de explicar para el gobernador y su equipo.