El entusiasmo se renovó en las filas peronistas con no más que una frase. ”Si creen que me voy a dedicar a cuidar a mis nietos, se equivocan”. Eso le bastó a la vicepresidenta Cristina Kirchner para que los pocos testigos presenciales de esta enunciación pronunciada en una reunión con dirigentes de la CTA, llevaran el pensamiento a los medios y a la militancia. “El principal problema que tiene el peronismo es que parece resignado a perder, entregado”, dijo un experimentado dirigente, protagonista de mil batallas; de las electorales y de las otras también.

Es como si enfrente hubiera una coalición ordenada, con un programa atractivo para la gente y una mística discursiva capaz de atrapar sueños en el camino. El desánimo es generalizado y por eso cosecha Javier Milei, aunque por momentos hasta el libertario parece estancado y ya casi sin efecto sus vociferaciones que por repetidas, pierden estridencia. Es la invitación a la demolición y eso es ideal para reemplazar ideas y programas. Pero no asegura el triunfo.

El sentimiento de “peor ya no se puede estar” sobregira a la política en general que a su vez es consciente de que del callejón oscuro se sale con más centralidad política. No es un momento épico pero la idea de convocar a una batalla puede hacer una diferencia. Lo dijo Juan
Monteverde de Ciudad Futura al cerrar el acuerdo con Roberto Sukerman para una Paso a intendente que entusiasme dentro del peronismo rosarino. 

El viejo proceso del que gana conduce y el que pierde acompaña. La invitación fue saludada por los precandidatos a gobernador del Frente de Todos que se sienten representados en ese
espacio como Leandro Busatto y Eduardo Toniolli. Plantea interrogantes a las aspiraciones del senador Marcelo Lewandowski y al diputado Roberto Mirabella que viene de fortalecer su posición frente al gobernador Omar Perotti en la presentación de su libro en el Museo de
la Constitución en Santa Fe.

Para Marcos Cleri lo nacional debe converger con la provincia para avanzar con su precandidatura a gobernador. “Si alineamos la provincia de Buenos Aires (con Axel Kicillof y Cristina Kirchner) con Santa Fe; tendremos un poderío que puede cambiar la Nación”, aseguró el diputado nacional.

Que el peronismo la tiene difícil de cara a estas elecciones, no hay dudas, pero no son pocos los dirigentes que confían en un cambio de escenario impulsado por el piso histórico del PJ en importantes distritos. Si el próximo 25 de mayo la movilización desborda la avenida 9 de Julio, como muchos están pensando y organizando por los 20 años del triunfo de Néstor Kirchner; otros aires pueden llegar por lo menos para ver el nombre de la vicepresidenta inscripto en alguna
boleta. 

El Frente de Todos mantiene los casilleros en blanco y evita así un proceso de éste contra aquella en la pública. Las batallas se mantienen soterradas por el momento, aunque con sonoras estridencias, en busca de la construcción de un candidato competitivo para el 22 de
octubre. Mientras tanto, la economía carcome y desanima.