Cuando el gobernador Omar Perotti pensaba que lo ideal era la hiper provincialización del escenario electoral que se avecina; más que nada porque el gobierno de Alberto Fernández y la falta de definiciones del Frente de Todos tienen muy poco de atractivo para el efecto arrastre;
se encontró con el pedido del ministro Sergio Massa por el senador Marcelo Lewandowski. Pero ese solo hecho no explica la necesidad que se le generó al gobernador para armar una negociación más sólida con el legislador nacional por una posible candidatura a gobernador.

Perotti hace meses que habla con Lewandowski pero nunca en los términos en lo que se empezó a conversar esta semana. El senador escuchaba como el principal armador político del peronismo en la provincia le decía “vos caminá” pero veía que los recursos de campaña eran sólo para instalar a Roberto Mirabella como candidato del oficialismo.

Massa le dijo que el Frente de Todos necesitaría un triunfo en Santa Fe, pero eso solo no alcanza. Perotti es el que necesita un triunfo resonante como candidato a diputado provincial y creció su preocupación por lo que puede llegar a pasar con su propia proyección electoral en Rosario producto de la escalada de violencia que no cede y lastima a su administración.

Así son los acuerdos: se necesitan dos que estén interesados en la negociación. Si es uno solo el que pide -como al principio Lewandowski- los acuerdos no prosperan. Es claro para todos que el
senador nacional es el peronista con mayor proyección electoral en Santa Fe y que no se conforma con la posibilidad de “arrasar” en Rosario como candidato a intendente. Convencido como su mentora María Eugenia Bielsa de que los graves problemas de Rosario no pueden
solucionarse sólo desde la ciudad.

Tan frías estaban las relaciones que hay que recordar que el senador le reclamó en su momento a Perotti que su principal candidato “parece ser Pablo Javkin” al que el legislador veía le daban más juego que a él mismo. El tiempo pasó, el intendente de Rosario aspira a su reelección en la ciudad, y el periodista deportivo habla en otros términos con el gobernador.

El pedido reiterado a Perotti para que ordene al Frente de Todos no tenía sustento. Perotti estaba dispuesto a sostener a Mirabella y concentrarse en su propia cosecha electoral para la Legislatura provincial. Pero siete homicidios seguidos en el área metropolitana de
Rosario en un solo día, le cambian los planes a cualquiera.

Para el gobernador se trata de un acuerdo costoso porque tendría que bajar a Mirabella y entregar al sector de Lewandowski parte de su armado provincial y confiar en un hombre que no es de su riñón. Ya sucedió hace dos años cuando la necesidad obligó al gobernador a
cederle el primer lugar de la lista de senadores nacionales al propio Lewandowski en una negociación en la que intervino la propia Cristina Fernández de Kirchner.