El gobierno mensuró adecuadamente recién esta semana la magnitud política del caso Maldonado. La pregunta por el joven desaparecido en el sur del país tras la represión a una protesta mapuche, desbordó la matriz de la militancia opositora y de los sectores más concientizados de la sociedad argentina. La pregunta por el paradero de Santiago pasó de la boca del técnico de la selección argentina Jorge Sampaoli a la cuenta oficial de redes sociales de Antonella Rocuzzo, la esposa de Lío Messi.

Sólo un nucleo durísimo y minoritario de apoyo al presidente Mauricio Macri sigue creyendo que se trata de un macabro plan kirchnerista para perjudicar a Cambiemos. También algunos periodistas y medios que, después de todo lo que pasó, tuvieron que flexibilizar un poco el blindaje a la gestión por este hecho.

La ministra de Seguridad de la Nación de paso por Rosario para anunciar el decomiso de unos 800 kilos de cocaína en un camión que pasaba por las cercanías de Venado Tuerto; no pudo evitar el tema frente a la prensa. Patricia Bullrich habló con cuidado, haciendo referencia a la causa judicial y pidiendo que el caso “no se politice”. No volvió a defender a la Gendarmería aunque la tenía a su lado en la conferencia de prensa. Más tarde, en todo el país se exigía su renuncia en las multitudinarias marchas de reclamo. El gobierno la mantendrá en el cargo y reforzará su autoridad. Como siempre sucede ante un ministro cuestionado. Quizás se vaya después de un tiempo, no ahora. 

Pero Bullrich no tuvo ni una sola palabra para hablar del artero ataque cibernético a la ministra de Educación de la provincia Claudia Balagué. “No conozco el tema”, se excusó la funcionaria nacional que al equivocar la puerta de salida, volvió a toparse con los periodistas.

Es difícil creer que desconocía el tema cuando desde el propio ministerio de Educación de la Nación se comunicaron con Balagué. El ataque se orquestó desde decenas de cuentas truchas de Twitter radicadas en Buenos Aires. Empezó el miércoles a las 7.30 de la mañana y se extendió hasta pasado el mediodía. La cadena que pretendía imponer una tendencia en esa red social, aludía a que Balagué había dado la orden a los maestros santafesinos de que tomarán asistencia en las aulas preguntando al final por la presencia de Santiago Maldonado. Obvio que no existió tal orden y que la falsedad buscaba más impactar en los padres que atacar a la propia ministra.

La maniobra quedó al descubierto y las pruebas serán llevadas a la justicia por el gobierno santafesino. Este no es el primer ataque y no será el último. Lo importante es conocerlos para entender que en las redes sociales ni todo es libertad absoluta, ni todo es verdad.